viernes, 20 de diciembre de 2019

Reseña: "Lords of finance" de Liaquat Ahamet

Con un título imponente “Los señores de las Finanzas” en donde aparecen los titulares de los Bancos centrales de Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos en los años 20s y 30,  el libro de Liaquat Ahamet hace recordar la poderosa portada de la Revista Time de 1999 con Alan Greenspan, titular  de la Reserva Federal de los Estados Unidos, Robert Rubin, Secretario del Tesoro y Larry Summers, Subsecretario del Tesoro, bajo el título “El Comité para Salvar el Mundo”,  solo que en la portada del libro, el mensaje es el contrario: “los banqueros que quebraron el mundo”. La combinación perfecta para un best seller.
Más allá de una buena narración descriptiva de la dinámica informal del sistema financiero a través de amistades y viajes trasatlánticos en épocas que ni el teléfono ni el avión eran de uso comercial, he de decir que el libro es demasiado extenso en cuanto al contexto y demasiado implícito en cuanto al punto de la obra y a las malas decisiones tomadas por los titulares de sus respectivos bancos centrales en relación con las medidas de una espiral descendente en la economía europea y norteamericana.
No siendo de mi interés de revelar detalles del libro, comentaré que el cierre es demasiado apresurado para explicar cómo, de acuerdo con el título señala, “los banqueros quebraron el mundo” por medio de la salida de Estados Unidos del Patrón Oro y que bajo la narración de las circunstancias, no es claro el momento de la toma de decisiones equivocada.

Como puntos relevantes, conviene señalar que lo narrado por Ahamet es útil para entender desde otra óptica eventos puntuales como el plan Dawnes y el plan Young, puesto que no es lo mismo lo que se presentó al mundo que la naturaleza de lo negociado y el contexto del momento, esto último es lo que puede cambiar la perspectiva sobre el éxito o fracaso de dichos planes dependiendo de quien lo mire.
Desafortunadamente, como conclusión diría que el contenido es tan solo uno más de la corriente de historia financiera que se puso de moda tras la crisis de 2008, como 13 Bankers de Siimon Jonkson y James Kwak y Too big to fail de Andrew Ross Sorkin y ni hablar del más ameno The Battle of Bretton Woods de Benn Steil.

martes, 10 de diciembre de 2019

Dialogo 6+1, China pisa firme en el tablero internacional


Si habría que señalar un momento en el que China hizo explícito su interés en ser potencia global serían los juegos olímpicos de Beijín 2008, la conquista del medallero con 48 medallas de oro por primera vez, fue la muestra de que se tiene claro lo que ostentar el poder significa. No solo ser, sino parecer.

Bajo la misma lectura, en términos geofinancieros China ha ido ganando posiciones, su adhesión a la Organización Mundial de Comercio en 2001; la incorporación de su moneda, el Renminbi a la canasta de divisas del Fondo Monetario Internacional en 2016, la fundación de bancos de desarrollo regionales como el de los llamados BRICS y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura en 2014; y como paso en paralelo, la incorporación de sus bancos de desarrollo en la lista de bancos sistémicos del Consejo de Estabilidad Financiera, que paso de contar con tan solo el Bank of China en 2011  a incluir a otros tres, todos de propiedad estatal desde 2015.

Para tomar el lugar de primera potencia financiera aún está muy lejos de centros financieros como Wall Street en Estados Unidos o The City en Londres, no solo por el tamaño de los mercados sino por aspectos como la infraestructura de pagos o en cuanto al uso de su moneda para el comercio internacional. No obstante, que hasta ahora China haya demostrado paciencia en cuanto al dominio del espectro, no significa que no esté dispuesto a tomar el puesto hegemónico.

Una interesante toma de posición se dio hace 4 años cuando China fue anfitrión de las reuniones del G20, más allá de los temas incluidos en la agenda por China como la economía digital, es de resaltar el encuentro llamado dialogo “6+1” ocurrido un mes antes de la reunión plenaria del G20, con los  titulares de los más importantes organismos internacionales: el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Organización Mundial de Comercio, el Consejo de Estabilidad Financiera, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico y  la Organización Internacional del Trabajo; todos en un dialogo directo con China. Interesante que otras piezas fundamentales del andamiaje internacional no participarán del encuentro, ninguna agencia de la Organización de las Naciones Unidas, ningún banco de desarrollo regional, ninguna Organización medioambiental ni el Banco Internacional de Pagos, por mencionar a los más relevantes.

La reunión del 6+1 se ha convertido en un diálogo anual, siendo hace unas semanas, durante 2019 la realización de su cuarta versión. Quizá la convocatoria de la potencia emergente era una oferta difícil de rechazar, un espacio de discusión respecto a la economía mundial, pero partiendo de las posiciones de China, bajo la perspectiva China y sobre el futuro del desarrollo liderado por China, más claro que el agua.

Temas como el futuro del trabajo y la agenda digital han sido el centro de la agenda, pero sin dejar de incluir temas de gobernanza financiera internacional como la llamada “Red de Seguridad Financiera Global” y la representatividad en las organizaciones internacionales.

Este año no se cuenta con una declaración pública extensa como en ocasiones anteriores, se puede pensar que era de esperarse de un grupo “sin ton ni son” pero también puede ser que, lentamente se esté llevando a cabo una realineación de intereses. Se me ocurre que lo sabremos al ver en la titularidad de cualquiera de estos organismos a funcionarios chinos, y quizá, no debería sorprendernos si en un futuro la sede del FMI se mueve a China, tal cual mandatan los estatutos del organismo, al miembro que aporta la mayor cuota.

martes, 26 de noviembre de 2019

El nuevo marco de regulación de aseguradoras internacionales, el “Holistic Framework”


Cuando la crisis financiera se encontraba en etapa de desarrollo en 2008, en una carrera contra el tiempo los supervisores financieros de Estados Unidos trataban de encontrar la forma de rescatar a Lehman Brothers sin usar recursos públicos, al no encontrar ninguna institución dispuesta a asumir el riesgo, se decidió dejarlo caer en quiebra a mediados de septiembre. Al mismo tiempo, una nueva etapa de la crisis tomaba forma, la aseguradora AIG enfrentaba problemas de liquidez al haber emitido los instrumentos conocidos como Credit Default Swap a los bancos contra los contratos de derivados basados en Hipotecas de baja calidad. El rol de la aseguradora en el sistema financiero era tan complejo que, a diferencia de lo ocurrido con Lehman, obligaría al gobierno norteamericano a intervenir en su rescate.

Hoy en dia, las aseguradoras son instituciones financieras especializadas que ha llevado a algunas de ellas a contar con grandes recursos y con actividades relacionadas con actores globales que, como AIG se convierten en actores sistémicos. Y de la misma forma que ocurrió con los bancos, la lección que dejó la crisis financiera es que el riesgo moral es el gran reto de la regulación financiera.

Un paso importante se acaba de dar en el futuro de la regulación de las aseguradoras, en la reunión anual del Intenational Association of Insurance Supervisors (IAIS), el principal emisor global de estándares para aseguradoras en Abu Dhabi aprobó el llamado Holistic Framework (HF).

Desde 2013 de forma similar que, para bancos, el Financial Stability Board publicó la primera lista de aseguradoras de importancia sistémica global (GSIIs) bajo una metodología desarrollada por el IAIS; las medias para mitigar el riesgo sistémico de igual manera eran similares que para bancos: mayores requerimientos de capital, colegios de supervisión internacionales y mecanismos para casos de resolución. Sin embargo, la publicación de la lista de GSIIs tan solo se publicaría hasta 2016 (se señalaron nueve instituciones: Aegon N.V.; Allianz SE; American International Group, Inc.; Aviva plc; Axa S.A.; MetLife, Inc.; Ping An Insurance (Group) Company of China, Ltd.; Prudential Financial, Inc.; y Prudential plc.) lo anterior dado que en esos años el FSB y la IAIS acordaron esperar al desarrollo  de un enfoque basado en actividades para la supervisión de aseguradoras, en reconocimiento a la necesidad de considerar el riesgo desde una perspectiva colectiva en lugar de individual. Este nuevo enfoque es el Holistic Framework (HF). Los elementos del HF son: un ejercicio de monitoreo anual, medidas preventivas supervisoras (ICP) y el un marco común para aseguradoras con actividad global, que en teoría ampliaría el número de instituciones sujetas a mayores requerimientos regulatorios.

Lo interesante es que han pasado tres años sin una lista de entidades aseguradoras sistémicas y de acuerdo con el programa de implementación del HF tendrá un período de prueba de 3 años hasta que en 2022 se analice si se retoma la publicación de la lista de aseguradoras sistémicas. De no ser un modelo exitoso, por lo menos el HF habrá regalado a las aseguradoras seis años sin la etiqueta “Demasiado grande para quebrar”.

jueves, 31 de octubre de 2019

El reto de permanecer alerta, comentarios del 5to Reporte Anual de Implementación y Efectos de las Reformas a la Regulación Financiera del G20


En una palabra, la causa de la crisis financiera de 2008 fue la complacencia; se creyó religiosamente en el sistema de oferta y demanda incluso cuando los fundamentales nos hacían ver el abismo. La única forma de no caer en los viejos dogmas de la eficiencia del sistema financiero global es permanecer alertas, y es justo el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB por sus siglas en ingles), institución creada en aquellos turbulentos años, quien nos da la puerta de entrada para la tarea.

A mediados de octubre se publicó la que podría señalarse como publicación insignia del FSB, el reporte anual de Implementación y efectos de las Reformas a la Regulación Financiera del G20, en su 5ta edición.

El reporte llega en una etapa de transición desde la regulación a la implementación a nivel internacional. Se comenta sobre las áreas de oportunidad para concluir la agenda de 2009 (Hacer las instituciones financieras más sólidas, terminar con las instituciones “demasiado grandes para quebrar” (o TBTF por sus siglas en inglés), hacer el mercado de productos derivados más seguro y, fortalecer la resiliencia de la intermediación financiera no bancaria); al tiempo que se trabaja sobre los efectos no previstos de las reformas.

Las reglas básicas de Basilea III para bancos se han implementado en la totalidad de las jurisdicciones del FSB (24) es decir, las reglas de mayor capital (y mejor calidad) y mejor liquidez de corto plazo, en tanto que las medidas de liquidez de largo plazo (Net Stable Funding Ratio) y las reglas de apalancamiento tan solo se han implementado en 16 jurisdicciones (México retrasado en ambas). Los retardos en la implementación pueden ser tanto deliberados como involuntarios, mientras que el factor de “presión de pares” y los acuerdos de “Guiar con el ejemplo” han perdido su fuerza a medida que pasa el tiempo.

En términos de capital, uno de los puntos débiles del proceso regulatorio ha sido las aseguradoras, en donde el organismo emisor de estándares Asociación Internacional de Supervisores de Aseguradoras (IAIS) no ha logrado completar la regulación en cuento al Estándar de Capital para Aseguradoras Basado en Riesgo además de que el tiempo de implementación llevará otros 5 años.

El blanco de las críticas ha sido lo relacionado con las instituciones TBTF, pues si bien hay medidas desde hace algunos años concluidas, como el requerimiento de capital adicional, la implementación de los colegios de supervisión, la información granular de riesgos y la preparación del capital para resolución (TLAC); son importantes las inconsistencias en el espectro institucional, pues por un lado no se cuenta aún con un marco para instituciones no bancarias ni aseguradoras (NBNI) ni el marco holístico para aseguradoras de IAIS que desde el año pasado canceló la lista de aseguradoras sistémicas, por lo menos, hasta 2022.

En cuanto al marco regulatorio para derivados no listados (OTC), fundado en 4 elementos principales: Reporte de información, requerimientos de margen, uso de contrapartes centrales, uso de plataformas de operación; se tiene una implementación variable, mientras que el reporto de operaciones está implementado por 23 miembros, las plataformas de operación tan solo por 13 jurisdicciones.

La implementación de medidas para la intermediación no bancaria, conocida anteriormente como shadow banking ha logrado un eficiente sistema de monitoreo en el que se identifiquen las tendencias y riesgos, incluso logrando una disminución en algunas formas de finanzas estructuradas, de forma que hoy no sean consideradas como amenazas a la estabilidad financiera.

En cuanto a las nuevas tendencias en la intermediación financiera identificadas en el reporte se señalan el crecimiento sostenido de los activos financieros con respecto al PIB global, de manera paralela al crecimiento del endeudamiento soberano, de las empresas y los hogares; el decrecimiento relativo de los activos bancarios en relación al sistema financiero (decrecimiento del 45% al 40%); y por otro lado, un aumento en el financiamiento no bancario principalmente en los países en desarrollo. Los dos últimos complementarios y favorables a la diversificación de fuentes de financiamiento, hasta el momento sin riesgos sistémicos.

Las áreas de atención para el futuro según el informe, y de forma consistente con los de otros organismos como el Banco Internacional de Pagos y el Fondo Monetario Internacional, son los temas relacionados con las nuevas tecnologías y la forma que están modificando la arquitectura financiera internacional, ya sea por la presencia de nuevos actores (Big Tech) o nuevos productos (criptoactivos).

El dar seguimiento al trabajo de los miembros del FSB a través del 5to informe de implementación significa hacer nuestra parte como ciudadanos globales y entender las tendencias del sistema financiero que, sin la cooperación necesaria de los países miembros desde hoy, nos enfrentarán a nuevas crisis el día de mañana.

miércoles, 9 de octubre de 2019

Sin vientos nuevos en el Fondo Monetario Internacional


El nombramiento de Kristalina Georgieva de Bulgaria es tan solo un ejemplo de que las resistencias a una reconfiguración de la participación de los países en desarrollo se mantienen en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Si durante la primera década del siglo XXI el papel del FMI estaba en cuestión dada su reputación de favorecer las políticas neoliberales, la crisis financiera lo devolvió al centro del escenario. Aun cuando su papel “natural” como prestamista internacional de última instancia está lejos de ser posible, para la mayoría de propuestas de reforma del sistema financiero internacional, el FMI ocupa un lugar relevante; ya sea como tribunal de deudas, como prestamista o como centro de una “red de seguridad global”, puesto que el uso de los Derechos Especiales de Giro (DEG) no han logrado consenso para fungir como moneda multilateral que el sistema de reservas necesita.

El año pasado, en su reporte al G20 el Comité de personas eminentes sobre la Gobernanza del Sistema Financiero Global, señaló que la gobernanza de las Instituciones Financieras Internacionales está “fuera de tiempo”, así como sus modelos de negocios, por lo que se deben simplificar los roles del consejo ejecutivo y de la administración, dando mayor libertad a este último, pero con trasparencia. Si a los países desarrollados no les interesa el cambio, pues el status quo los favorece, ¿México alguna vez se alineará con los países emergentes a favor de estos cambios?

Si el hecho de que se mantenga “el pacto de caballeros” en el nombramiento de los titulares de las instituciones de Bretton Woods entre europa y EUA es simbólico, el punto de quiebre entre pasado y presente de éstas instituciones es el reparto de cuotas.

Hechos como que a pesar de que en la Cumbre del G20 en Seúl 2010 se anunciara con bombo y platillo la 14va revisión de cuotas y aumento de DEG, los obstáculos por parte de Estados Unidos (a veces de forma implícita otras de forma descarada, como las palabras del Secretario del Tesoro norteamericano Steven Mnuchin  respecto de la siguiente  revisión“…we do not see a need for a quota increase at this time and support closure of the 15th General Quota Review as soon as posible”) retrasaron la implementación de facto hasta 2016 y posteriores revisiones de cuotas, son el alimento de un escepticismo mundial plenamente justificado.

En aquel entonces la clave de la 14va revisión fue la inclusión de los países BRICS en los 10 países con mayor poder de voto, pero sí de entrada vemos que China no es el segundo, sino el tercer país de acuerdo a su poder de voto, sabemos que todavía no hay un claro reflejo del peso económico en la Institución.

En este contexto llegamos a la Reunión Anual BM-FM en Washington en dos semanas y donde se deberá aprobar la 15va revisión de cuotas, las futuras fuentes de financiamiento de operaciones y el poder de voto de los miembros, al mismo tiempo que Estados Unidos busca mantener el veto sobre las decisiones trascendentes de la institución. No hay lugar para expectativas optimistas.

Para Estados Unidos por todos lados está China, el rival que hay que frenar a como dé lugar, mientras que los intereses mexicanos se encuentran de por medio, el poder de voto de China en la institución vale 6.9%, el de Brasil 2.22% y el de Estados Unidos 16.52%. ¿nos sentimos cómodos con nuestro papel en una organización en la que nuestro voto vale 1.8% pero que nos “bendice” con una exclusiva Línea de Crédito Flexible?

martes, 24 de septiembre de 2019

La renovación de la Línea de Crédito Flexible, una buena opción, no la única


Reservas Internacionales México
El saber si México contaría con la Línea de Crédito Flexible del Fondo Monetario Internacional era una de las incógnitas que les quitaba el sueño del Proyecto del Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 a gran parte de los analistas financieros, por lo que la recontratación tendrá un impacto positivo, a su ver, sobre el futuro financiero del país.

Sin duda, es esencial que México cuente con bases financieras sólidas y para ello se ha el presupuesto señala 4 acciones: (i) el programa de coberturas; (ii) la acumulación de recursos en los fondos de estabilización; (iii) el mejoramiento en el perfil de deuda y (iv) la mencionada LCF. Sin embargo, como ha sido en sexenios anteriores, apostar a que la estabilidad financiera atraerá en automático el capital que necesita para la inversión es un despropósito.

Tomar como referencia las reservas internacionales como muestra de solidez financiera es demasiado básico, es pensar desde el punto de vista del acreedor (solo se necesita que el país cuente con los recursos suficientes para que obtenga sus pagos) cuando la experiencia internacional, por ejemplo la Crisis Asiática de finales de los 90, sobre todo la experiencia de México en la crisis del 94, dejaron de manifiesto la existencia de corridas monetarias con fines especulativos que difícilmente podrían ser atajadas por el hecho mismo de contar con gran cantidad de reservas, con LCF o sin ella. Tan solo para recurrir a un evento resiente del poder de los mercados sobre la credibilidad del gobierno basta con recordar las declaraciones ante el Congreso norteamericano en 2009 de Henry Paulson, Secretario del Tesoro en turno para solicitar recursos para afrontar la crisis financiera “Si tienes una bazuca y la gente lo sabe, puedes no tener que utilizarla” lo siguiente fue que unos meses después se necesitaron nuevas medidas para rescatar empresas privadas pues el mercado no confió en las políticas de rescate.

Lo anterior no significa que la acumulación de reservas es en sí mismo, un desperdicio de recursos (las reservas mexicanas se encuentran en niveles no vistos desde hace 5 años y con tendencia creciente) pero si, como quedó claramente señalado en el Reporte de la Comisión Stiglitz para las reformas del Sistema Monetario y Financiero Internacional “La ausencia de medios alternativos de auto-protección no solamente impide un crecimiento robusto y sustentable, también lleva, en el largo plazo, a mayor inestabilidad”.

En realidad, los mecanismos alternativos de auto-protección existen, pero necesitan desarrollarse. Uno de ellos es el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), constituido desde 1978, el mecanismo consiste básicamente en la suscripción de capital (reservas) por parte de los miembros para tener a disposición una proporción mayor de recursos en caso de estrés monetario, o para ser usado bajo otro tipo de facilidades de crédito. Es en pocas palabras, un organismo regional con funciones similares al Fondo Monetario Internacional.

¿Y por qué apostar a FLAR? La diferencia fundamental en cuanto a por qué participar en el FLAR si ya se es miembro del FMI se encuentra en la gobernanza, el próximo nombramiento de Kristalina Georgieva de Bulgaria deja claro que las resistencias a una reconfiguración de la participación de los países en desarrollo se mantienen. En cambio, en el FLAR los países de la región tienen mayor participación y no están obligados a seguir los “compromisos” del FMI. Al día de hoy son ocho los miembros del FLAR: Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú, Bolivia, Paraguay, Uruguay y Costa Rica.

Es entendible que un gobierno progresista se vea obligado a ser precavido financieramente, pues todo cambio afecta intereses de particulares que sin duda opondrán resistencia, pero por eso mismo, la búsqueda de alternativas es obligación de los nuevos líderes, El FLAR es una de ellas.

sábado, 7 de septiembre de 2019

Reseña: “Too Big to Fail” de Andrew Ross Sorkin


Mejor libro de 2010 de acuerdo con varias revistas de finanzas especializadas, a tan solo 2 años de la crisis financiera global, el libro de Andrew Ross Sorkin es un excelente trabajo periodístico. Cualquier comentario adicional respecto a libro es buscarle más atributos fuera de la intención del autor.

Tan importante fue el momento de la publicación como el contenido del libro; Sorkin puso su longeva trayectoria a trabajar en una obra que terminaría por aclarar el panorama tanto para el publico en general como a analistas e investigadores económicos respecto al piso en el que se encontraban parados los tomadores de decisiones en aquel momento.

Es de reconocer que Sorkin no recurre a la fantasía para llenar los espacios en blanco; no solo es importante el hecho de que el autor no especula ni improvisa. Es magnifica la forma en que el libro se encuentra perfectamente estructurado en término cronológico. Perfectamente el lector puede sentirse en medio de los escenarios y el ambiente de Wall Street donde todo es tensión y ansiedad, sin saber lo que va a ocurrir mañana, como si nuestro siguiente paso fuera a detonar una mina terrestre.

¿Es, sin embargo, sano estar en la piel de los anteriormente llamados “amos del universo”? TBTF narra los sentimientos, gustos, pensamientos, angustias, entre otros, de los directores de los bancos e instituciones financieras más importantes de Estados Unidos y del mundo y para ello el libro incluye las fotografías de todos los actores relevantes del momento histórico. ¿Cuál es el sentido de la intención de hacernos sentir en sus zapatos? ¿Es deliberada la decisión el autor de hacernos sentir en el mismo barco que los CEOs de las compañías financieras? ¿Espera Sorkin que al terminar de leer el libro estemos un poco menos furiosos con lo sucedido? Ahondar en la personalidad de los personajes no solo reaviva la intensidad de los momentos de la crisis, nos hace empáticos a su situación, al fin de sus fortunas, de sus carreras profesionales y de sus salud física y emocional. Tal vez el libro no podía ser de otra forma, tal vez es librar a los responsables de su carga histórica.

A pesar de que tan solo pasaron dos años del inicio de la crisis, TBTF explica una gran cantidad de sucesos catastróficos, hace ver lo que para algunos era tan obvio, falacias contables para esconder las condiciones financieras de sus empresas, relaciones no del todo trasparentes entre industria -gobierno, grandes espacios de arbitraje regulatorio, etc. Si bien entre el capítulo 1 y el 20 se va pisando el acelerador de los hechos, los dos últimos dan cuenta de las medidas de rescate más importantes para la industria financiera, las alternativas y las consideraciones para la toma de decisiones del que sin duda es el actor principal de esta obra, el secretario del Tesoro de Estados Unidos durante la crisis financiera Henry M. Paulson.

Tampoco esta de más resaltar como el autor concluye que la crisis pudo ser evitada, pero que la respuesta estaba en la regulación de los 90, el resto, 20 años, fueron consecuencias, de tal forma que el culpable es el juego, no los jugadores, quienes con nombre y apellido buscaron los cambios en aquellos años y se llenaron los bolsillos en las siguientes décadas.

A diez años de la crisis financiera, leer TBTF es obligarnos a reflexionar ¿estamos parados en otro escenario? Sin duda una nueva crisis financiera no tendrá las mismas características (tan solo los riesgos tecnológicos agregan un incuantificable grado de dificultad) pero puede tener las mismas fallas en cuanto a la complejidad de las finanzas y la indolencia en la toma de decisiones. De lo único que como lector puedo estar seguro después de leer el libro, es que el gobierno no dudará en rescatar nuevamente a la industria y como en aquel momento, todo será en nombre del bienestar del pueblo.

miércoles, 15 de mayo de 2019

44va reunión anual de la Organización Internacional de Comisiones de Valores


El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial son sin duda los organismos financieros internacionales más conocidos, pero en el firmamento de organizaciones internacionales existen algunas que podrían parecer de segundo orden pero que, tras vernos afectados por fenómenos económicos como la crisis de 2008, bien valdría la pena saber el papel que cumplen. En particular me refiero a la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO, por sus siglas en inglés), el cual es el organismo internacional que reúne a la mayor cantidad de reguladores de valores del mundo y es reconocido como el emisor de estándares internacionales para el sector de valores, conociendo el papel de los bancos y los instrumentos bursátiles en 2008.

Esta semana IOSCO tendrá su 44va reunión anual en Sydney, Australia, y es buen momento para comentar sobre el trabajo que se llevará a cabo. Dentro del marco de los organismos especializados en temas financieros, son pocos los que permiten una participación tan amplia como IOSCO, ya que cuenta con tres categorías de miembros, ordinarios, para supervisores gubernamentales; asociados, para supervisores supra o subnacionales; y afiliados, para organismos bursátiles autorregulados o bolsas de valores. Todos ellos participando en sus diferentes grupos de trabajo.

Como ya es costumbre en las reuniones anuales, a lo largo de la semana se tendrá un foro donde participa el público en general, reuniones de los diferentes grupos de trabajo y el cumplimiento de agendas bilaterales. Sin duda una semana de trabajo intenso para la interacción entre la industria y autoridades.

Si bien como se ha señalado en las últimas reuniones del G20, la mayor parte de las causas de la crisis ya han sido atajadas y las reformas implementadas a nivel mundial, aún existen aspectos clave pendientes de concluir, como por ejemplo la regulación a los administradores de activos y las reglas de apalancamiento, así como lo relacionado con los nuevos retos que implican las tecnologías aplicadas a las finanzas, desde amenazas a las decisiones informadas de los inversionistas hasta los riesgos en la infraestructura de los mercados.

Afortunadamente, en esta nueva etapa de trabajo, IOSCO buscará una aproximación más cercana con actores de la sociedad civil y la academia, muestra de ello es que a principios de año se publicó por primera vez el programa de trabajo de la organización para 2019, en donde se puede encontrar con claridad otras líneas de trabajo además de las ya mencionadas y los informes o documentos que se recibirán a lo largo del año.

México es miembro de IOSCO a través de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores y firmante del Memorando de Entendimiento Multilateral sobre Consulta y Cooperación e Intercambio de Información (MMoU), la principal herramienta para el intercambio de información entre autoridades bursátiles. Ante los retos de la nueva administración, la participación mexicana es una valiosa oportunidad para dar seguimiento a la nueva agenda en materia bursátil y el carácter de la intervención nacional en la dinámica financiera internacional.

miércoles, 13 de febrero de 2019

Reseña: El internacionalista, como un plan radical para ilegalizar la guerra reconstruyó el mundo” de Oona A. Hathaway y Scott J. Shapiro


Cuando los aliados europeos de la Sexta Coalición derrotaron a Napoleón en 1814, el castigo al francés no fue ni la prisión ni la muerte, sino tan solo su destierro a Elba donde el sería el soberano. Bajo las reglas del derecho internacional de aquella época las guerras de conquista eran parte del marco jurídico. Sería hasta los juicios de Núremberg que se extendería a los principales funcionarios públicos el ámbito de aplicación del derecho internacional para ser juzgados bajo cargos de crímenes de guerra.

Los autores de El “internacionalista…” Oona A. Hathaway y Scott J. Shapiro sostienen que el acuerdo de 1928 conocido como el pacto Kellogg-Briand de tan solo dos párrafos fue el punto de quiebre que estableció el fin del uso de la guerra como una expresión de política y a partir de entonces, hasta el establecimiento de la Organización de las Naciones Unidas, con la Segunda Guerra Mundial (SGM) de por medio, se experimentaron las ondas de choque que terminaron por alinear un nuevo marco jurídico internacional. En palabras de los autores, la segunda guerra mundial fue la lucha entre el viejo orden mundial y el nuevo, basado en la ilegalidad de la guerra: “cuando los Aliados ganaron la guerra, hicieron más que vencer a Alemania, Japón e Italia. Vencieron el viejo Orden Mundial”

Hathaway y Shapiro reconocen lo que nadie puede negar, que tan solo la firma de un papel no es suficiente para dar por terminados los conflictos armados entre Estados, pero como señalan a lo largo de su trabajo, dicha firma en 1928, llevó en el largo plazo a la internalización de una nueva etapa en las relaciones internacionales y que hechos actuales como la invasión de Iraq por parte de Estados Unidos o la anexión de Crimea por Rusia no niegan por si mismos éste hecho, más bien son la excepción que confirma la regla.

Para muchos puede resultar estéril el esfuerzo de años por configurar un amplio marco jurídico para las relaciones entre Estados sin la existencia de organismos de coerción, pero el análisis de un antes y un después del pacto Kellogg-Briand es contundente respecto al número de conflictos armados entre Soberanos. Las guerras, una constante hasta la SGM, son hechos aislados después de ésta e incluso, las pocas guerras existentes, muestran una naturaleza distinta a la conquista, como conflictos limítrofes o guerras civiles.

El libro es rico en historia, no solamente narra el proceso de transformación, sino que analiza y explica el sentido de las reglas del antiguo derecho internacional, de reflexiones sobre hechos como la conquista por privados de embarcaciones soberanas - ¿puede no ser piratería? - a consideraciones respecto a la legitimidad de la guerra, - si los tribunales son la forma legítima de resolver disputas, ante la ausencia de tribunales internacionales, ¿no hay alternativa más que reconocer al vencedor como el legítimo conquistador?-. En otras palabras, el antiguo orden mundial era un régimen en el que “el poder era derecho” como bien lo planteara Hugo Grotius en "El derecho de la guerra y de la paz” de 1625.

El “internacionalista…” puede ser una herramienta didáctica para las relaciones internacionales, que combinado con “La diplomacia” de Henry Kissinger ilustra las diferentes etapas de las relaciones entre naciones y permite al lector sacar sus conclusiones sobre las teorías de las relaciones internacionales: ¿realismo?, ¿liberalismo? o ¿constructivismo? Pero lo más importante, permite leer con otra mirada los hechos actuales y posiblemente, impulsar a las nuevas generaciones a plantear novedosas interpretaciones de la actualidad.

miércoles, 30 de enero de 2019

Integración europea, delineando ideas para el éxito de la Alianza del Pacífico


En Latinoamérica la apuesta de integración tiene como nombre “Alianza del Pacífico” (AP), conformada por Chile, Colombia, México y Perú. Si bien no tiene entre sus metas el logro de una moneda común como la Unión Europea (UE), si se propone una “integración profunda” que permita el libre tránsito de bienes, servicios y personas. Ante las turbulencias de la UE durante la crisis que inició en 2008 ¿tiene sentido seguir su ejemplo como modelo de integración financiera?

Con dos grandes proyectos de integración financiera en desarrollo: (I) el Mercado Integrado Latinoamericano, que supone la interconexión de los mercados bursátiles de sus miembros y (II) el llamado “Pasaporte de Fondos”, que plantea la libre operación de fondos de inversión de cualquier miembro en la región, el camino recorrido por la UE puede dejar algunas lecciones que hagan de la AP una apuesta exitosa.

En 2010,  el impacto de la deuda griega fue tan grande que incluso el fin de la integración monetaria parecía estar sobre la mesa, los méritos del Euro fueron opacados por los recién descubiertos problemas de diseño; si la emisión de deuda soberana no era respaldada por la UE en su conjunto, un impago de cualquier miembro daría al traste con el valor de la moneda. Sin embargo, como respuesta la UE no solo generó mecanismos para el rescate financiero de sus miembros, sino que reformó la institucionalidad para la supervisión de entidades bursátiles y bancarias al tiempo que plantearon nuevos objetivos para profundizar la integración.

¿Cómo es que 28 miembros, resistieron la tentación de dejar fuera a los países en problemas y en cambio decidieron utilizar sus recursos para apoyarlos? El compromiso político demostrado durante estos años fue tan fuerte que, dado que existe una meta clara respecto a lo que se desea como región, los impactos en el corto plazo fueron considerados menos costosos que los beneficios de la identidad común y la integración a largo plazo, sobrepasando incluso los costos electorales. Primera lección para la AP.

En segundo lugar, conviene reflexionar sobre la temporalidad de los procesos similares en la UE. Para generar un mercado de fondos de inversión, la región dio los primeros pasos en 1985 con la primer Directiva UCITIS para la oferta transfronteriza de fondos de inversión, la cual ha sido reformada por lo menos en 5 ocasiones; por lo tanto, pensar que una buena idea no rinda frutos para la siguiente cumbre de presidentes no significa que deba ser desechada, si existe la visión de largo plazo no hay forma de no encontrar una solución.

Una tercer lección puede extraerse del punto anterior, las soluciones pueden no ser las óptimas, pero si deben ser efectivas, la UE tiene diferentes capas en su diseño institucional, generando oportunidades de arbitraje regulatorio entre jurisdicciones, pero permitiendo cierto grado de adaptación para los mercados locales. La burocracia puede ser una consecuencia indeseable del proceso, pero no debe verse como un fracaso, sino como una forma de adaptación.

Una última observación es resaltar que el logro de los objetivos no es un evento único, sino una trasformación constante con divergencias en el proceso; se pueden presentar fracasos como el fallido intento de una Constitución Europea en 2005, pero también oportunidades de mejora como la idea de una Unión de Mercados de Capitales lanzada en 2015.