En una palabra, la causa de la
crisis financiera de 2008 fue la complacencia;
se creyó religiosamente en el sistema de oferta y demanda incluso cuando los
fundamentales nos hacían ver el abismo. La única forma de no caer en los viejos
dogmas de la eficiencia del sistema financiero global es permanecer alertas, y
es justo el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB por sus siglas en ingles),
institución creada en aquellos turbulentos años, quien nos da la puerta de
entrada para la tarea.
A mediados de octubre se publicó
la que podría señalarse como publicación insignia del FSB, el reporte anual de
Implementación y efectos de las Reformas a la Regulación Financiera del G20, en
su 5ta edición.
El reporte llega en una etapa de
transición desde la regulación a la implementación a nivel internacional. Se comenta
sobre las áreas de oportunidad para concluir la agenda de 2009 (Hacer las
instituciones financieras más sólidas, terminar con las instituciones “demasiado
grandes para quebrar” (o TBTF por sus siglas en inglés), hacer el mercado de productos
derivados más seguro y, fortalecer la resiliencia de la intermediación
financiera no bancaria); al tiempo que se trabaja sobre los efectos no
previstos de las reformas.
Las reglas básicas de Basilea III
para bancos se han implementado en la totalidad de las jurisdicciones del FSB
(24) es decir, las reglas de mayor capital (y mejor calidad) y mejor liquidez
de corto plazo, en tanto que las medidas de liquidez de largo plazo (Net Stable Funding Ratio) y las reglas
de apalancamiento tan solo se han implementado en 16 jurisdicciones (México retrasado
en ambas). Los retardos en la implementación pueden ser tanto deliberados como
involuntarios, mientras que el factor de “presión de pares” y los acuerdos de “Guiar
con el ejemplo” han perdido su fuerza a medida que pasa el tiempo.
En términos de capital, uno de
los puntos débiles del proceso regulatorio ha sido las aseguradoras, en donde
el organismo emisor de estándares Asociación Internacional de Supervisores de
Aseguradoras (IAIS) no ha logrado completar la regulación en cuento al Estándar
de Capital para Aseguradoras Basado en Riesgo además de que el tiempo de
implementación llevará otros 5 años.
El blanco de las críticas ha sido
lo relacionado con las instituciones TBTF, pues si bien hay medidas desde hace
algunos años concluidas, como el requerimiento de capital adicional, la
implementación de los colegios de supervisión, la información granular de
riesgos y la preparación del capital para resolución (TLAC); son importantes
las inconsistencias en el espectro institucional, pues por un lado no se cuenta
aún con un marco para instituciones no bancarias ni aseguradoras (NBNI) ni el
marco holístico para aseguradoras de IAIS que desde el año pasado canceló la
lista de aseguradoras sistémicas, por lo menos, hasta 2022.
En cuanto al marco regulatorio
para derivados no listados (OTC), fundado en 4 elementos principales: Reporte
de información, requerimientos de margen, uso de contrapartes centrales, uso de
plataformas de operación; se tiene una implementación variable, mientras que el
reporto de operaciones está implementado por 23 miembros, las plataformas de
operación tan solo por 13 jurisdicciones.
La implementación de medidas para
la intermediación no bancaria, conocida anteriormente como shadow banking ha logrado un eficiente sistema de monitoreo en el
que se identifiquen las tendencias y riesgos, incluso logrando una disminución
en algunas formas de finanzas estructuradas, de forma que hoy no sean consideradas
como amenazas a la estabilidad financiera.
En cuanto a las nuevas tendencias
en la intermediación financiera identificadas en el reporte se señalan el
crecimiento sostenido de los activos financieros con respecto al PIB global, de
manera paralela al crecimiento del endeudamiento soberano, de las empresas y
los hogares; el decrecimiento relativo de los activos bancarios en relación al
sistema financiero (decrecimiento del 45% al 40%); y por otro lado, un aumento
en el financiamiento no bancario principalmente en los países en desarrollo.
Los dos últimos complementarios y favorables a la diversificación de fuentes de
financiamiento, hasta el momento sin riesgos sistémicos.
Las áreas de atención para el
futuro según el informe, y de forma consistente con los de otros organismos
como el Banco Internacional de Pagos y el Fondo Monetario Internacional, son
los temas relacionados con las nuevas tecnologías y la forma que están
modificando la arquitectura financiera internacional, ya sea por la presencia
de nuevos actores (Big Tech) o nuevos productos (criptoactivos).
El dar seguimiento al trabajo de
los miembros del FSB a través del 5to informe de implementación significa hacer
nuestra parte como ciudadanos globales y entender las tendencias del sistema
financiero que, sin la cooperación necesaria de los países miembros desde hoy, nos
enfrentarán a nuevas crisis el día de mañana.
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