martes, 5 de diciembre de 2017

Cuando las autoridades cooperan, ESMA-CNBV



La semana pasada la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) dio a conocer que avalaba el uso de calificaciones mexicanas para fines de regulación en Europa, en otras palabras, se considera que las calificaciones a valores otorgadas por calificadoras registradas en México, cuentan con el mismo nivel de exigencia por parte de las autoridades financieras que las europeas.

La noticia impacta positivamente en la reputación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), pues es un reconocimiento a la regulación y supervisión que ejerce. También habla de la forma en que los mercados y su supervisión a nivel global se están reconfigurando, si las empresas financieras son trasnacionales, las autoridades nacionales son capaces de extender su alcance por medio de la cooperación con sus contrapartes.

En la crisis financiera de 2008 las calificadoras de valores sufrieron un gran daño reputacional cuando se exhibió como las calificaciones otorgadas no correspondían al nivel real de riesgo de ciertos valores y, en consecuencia, el contagio de la crisis se propagó por todo el sistema que confiaba en la correcta evaluación de dichos riesgos.

Las autoridades financieras entonces tuvieron que ponerse a trabajar en dos vías para evitar que el daño que tales empresas habían causado se repitiera, por un lado, limitando la dependencia de otras entidades financieras como los bancos, en las calificaciones de valores y  asumieran la responsabilidad de juzgar bajo sus propios criterios las posibilidades de impago; y por otro, generando estándares regulatorios a nivel internacional como códigos de conducta y  elementos para evitar conflictos de interés para las calificadoras. Como corresponde en el diseño de estándares internacionales, cada autoridad a nivel nacional se encarga de implementar dichos estándares.

Con el comunicado de ESMA se dice a los mercados, “confió en el trabajo que la CNBV está haciendo sobre las calificadoras, si un valor tiene la calificación mexicana, aceptaré para el resto de mi marco regulatorio que el riesgo que se dice que tiene es correcto”.

El aval de ESMA para las calificadoras mexicanas no es la única línea de cooperación entre Europa y la CNBV, desde el surgimiento de la autoridad europea de manera complementaria a las autoridades nacionales y la reconfiguración de la regulación regional la autoridad bursátil mexicana ha estado entre las primeras contrapartes con las que se establecen diversos Acuerdos de Entendimiento (Memorandum of Understanding) en distintas materias, desde los que se refieren a los Administradores de Fondos de Inversión Alternativos (2013) hasta aquellos sobre infraestructuras de mercado como las Contrapartes Centrales (en enero de 2016).

Que las autoridades bursátiles de ambas jurisdicciones cooperen siempre es buena noticia, mientras por un lado deja claro que no se dejarán espacios para el arbitraje regulatorio, los participantes de la industria tendrán la certeza de que sus operaciones internacionales no estarán sujetas a mayores costos operativos de tal forma que se favorece el mantenimiento de un sistema financiero abierto y eficiente y, sobre todo, sin riesgos para la estabilidad global.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Bitcoin y ICOs, la burbuja de lo virtual

¿Qué es el bitcoin? Pregunta que durante todo el 2017 ha sido el encabezado de algún artículo en cada medio de comunicación impreso, para aquellos que aún no lo tienen claro (el sentido conceptual que es lo que todos repiten, porque el sentido operativo no ha sido suficientemente explicado) se trata de una “moneda virtual” es decir, un programa informático que dice cumplir con las características de cualquier moneda, conservador de valor, medio de cambio y unidad de cuenta.

Lo novedoso de esta idea es la tecnología detrás del registro de las transacciones, de tal forma que no se pueden falsificar y si se pueden rastrear, la llamada blockchain. Por otro lado, tiene una propuesta atractiva, a diferencia de las divisas actuales, pesos, dólares, yenes, etc., que pueden ser creadas a voluntad del Estado emisor, el bitcoin no será ilimitado, surge de un programa informático y tiene una emisión limitada. A pesar de ser una innovación tecnológica y como tal, sujeta a ensayo y error y a riesgos impredecibles, su popularidad la ha llevado a cotizarse por arriba de los 6000 dólares. ¿Quién querría tener una moneda experimental? En primer lugar, aquellos que buscan estar fuera del perímetro regulatorio, es decir, evasores de impuestos, criminales, etc.; en segundo lugar, aquellos que han visto como su cotización sube de forma imparable, es decir, especuladores, compro hoy y mañana vendo, porque no aprendimos nada durante la crisis financiera, más y más personas se suman a la puja del valor.

Y dentro del tren de las oportunidades no faltan quienes busquen sacar tajada de la ambición desmedida. El bitcoin no es la única moneda virtual (de hecho, no fue ni la primera) y basados en más o menos los mismos principios y esperando el mismo resultado, han surgido más y más programas informáticos que dicen tener las características de las monedas. De hecho, se ha generado un esquema que obtiene inversiones a cambio de divisas virtuales que aún no han sido desarrolladas, las llamadas Ofertas Iniciales de monedas (Initial Coin Offering en inglés). Este esquema no es ilegal, pero si muy riesgoso para los inversionistas. En principio sirve para obtener recursos como capital semilla para diversos proyectos no necesariamente como divisas virtuales por si mismas. El problema es a quien están siendo dirigidas, al público en general, a aquellos inversionistas que no tienen conocimiento de divisas virtuales más allá de las noticias diarias sobre la cotización del bitcoin, es decir, tienen todos los incentivos para ser víctimas de un fraude.

¿Deberían ser prohibidas? ¿Reguladas? La verdad es que las autoridades reguladoras han reaccionado tarde, hay jurisdicciones como China y Corea del Sur que han prohibido del todo este tipo de divisas y esquemas de financiamiento, hay otras como la Unión Europea que las han catalogado como valores, es decir, como un resguardo de valor, pero sin la característica de ser medio de cambio; y hay otras que siguen sin reaccionar, a riesgo de lo que traiga el futuro.

La psique del ser humano funciona muy distinto de lo que los economistas llaman homo economicus, las decisiones no se toman con racionalidad y cuando se trata de la oportunidad de hacerse ricos se olvidan hasta las malas experiencias, un principio para no caer en un esquema fraudulento es pensar “si suena demasiado bien para ser verdad seguramente no es verdad” y si en algún momento llega a usted una propuesta parecida, solo recuerde como le fue a sus amigos un año atrás con la llamada flor de la abundancia.

viernes, 24 de noviembre de 2017

#Toobigtofail los bancos sistemicos de 2017


Antier el Financial Stability Board (FSB) publicó la lista de los bancos sistémicamente importantes a nivel mundial (G-SIBs), eufemismo para lo que en la crisis financiera de 2007 se conoció como Too-big-to-fail. Oh sorpresa, son 30 igual que el año pasado y se mantienen las mismas instituciones salvo una entrada (Royal Bank of Canada) y una salida (Groupe BPCE), a diferencia de 2016 que no hubo entradas o salidas, solo movimientos entre categorías.

¿Quiénes están en ella? 

       Ocho bancos norteamericanos (JP Morgan Chase, Bank of America, Citigroup, Goldman Sachs, Wells Fargo, Bank of New York Mellon, Morgan Stanley, State Street)
        Cuatro bancos de Reino Unido, (HSBC, Barclays, Royal Bank of Scotland, Standard Chartered)
        Cuatro bancos chinos (China Construction Bank, Industrial and Commercial Bank of  China    Limited, Agricultural Bank of China, Bank of China)
        Tres japoneses (Mitsubishi UFJ FG, Mizuho FG, Sumitomo Mitsui FG)
        Tres franceses (Groupe Crédit Agricole, Société Générale, BNP Paribas)
        Dos suizos (Credit Suisse, UBS)
        Uno alemán (Deutsche Bank)
        Uno holandés (ING Bank)
        Uno canadiense (Royal Bank of Canada)
        Uno italiano (Unicredit Group)
        Uno sueco (Nordea)
        Uno español (Santander)

El propósito de esta lista no es causar alarma, sino agrupar a éstos 30 bancos bajo una metodología basada en cinco consideraciones sobre su “sistemicidad”, es decir, su influencia o impacto en la economía mundial; si se quiere ver de otro modo, su clasificación respecto a que tanto impacto tendría su quiebra. A mayor peso en los factores (sustituibilidad, interconexión, tamaño, actividad internacional, complejidad) se plantea un mayor requerimiento de capital adicional, en la categoría 4 de 5 se encuentra el banco con la mayor puntuación, JP Morgan Chase.

De esta forma podemos ver que hasta en bancos globales hay diferencias, sin duda los problemas con cualquiera de éstos significarían un nuevo impacto en el sistema financiero internacional, pero hay de impactos a impactos, por ponernos un poco más localistas; Citigroup, HSBC y Sandanter son los relevantes para México debido a su papel en nuestro sistema bancario, éste último igualmente con una fuerte presencia en América Latina. Si lo analizamos desde un punto de vista geopolítico, resalta el peso del sistema financiero norteamericano, con 8 bancos y el ascenso de las instituciones chinas, al contar este año con 4, siendo que en la primera lista de G-SIBs la única institución china que figuraba era el Bank of China. El resto del G7 se encuentra presente en la lista con una menor cantidad de bancos y sin embargo ningún otro país emergente es representado por algún banco.

Francamente, la nacionalidad puede ser uno de los análisis menos importantes, son quizá los modelos de negocio de estas instituciones lo que mayor alerta debería provocar, aunque hay grandes bancos con modelos orientados al financiamiento de ciertos sectores productivos, como los bancos japoneses. Hay un gran número de ellos que estuvieron directamente implicados en la crisis de 2007, empezando por aquellos que basan sus negocios en la operación en los mercados financieros como los suizos o la mayoría de los norteamericanos y por tanto, su sola presencia en ésta lista es motivo de cuestionamiento sobre el éxito de la reforma financiera, si continúan siendo demasiado grandes para dejarlos quebrar, ¿qué evitaría que a medida que pasa el tiempo vuelvan a tomar ventaja de dicha condición y sean menos adversos a los riesgos? 

lunes, 4 de septiembre de 2017

El papel del Financial Stability Board 3 Los retos para el futuro

Al dar por concluida la agenda post crisis inicia una nueva etapa en la política regulatoria internacional, primero analizar los efectos de las reformas, segundo identificar nuevos problemas y tercero trabajar para aquellos temas que no han sido resueltos del todo,

Quieres saber que temas deben estar en la agenda?


lunes, 28 de agosto de 2017

El papel de Financial Stability Board 2

En 2011 el G20 estableció la estrategia a seguir en la reforma al sistema financiero global... a 10 años de la crisis cual ha sido el desarrollo de las cuatro prioridades?

  • No mas instituciones demasiado grandes para quebrar
  • Instituciones financieras más solidas
  • Un mercado de valores seguro y confiable
  • Un sistema de financiamiento basado en el mercado seguro (sistema shadow banking)


lunes, 21 de agosto de 2017

El papel del Financial Stability Board 1

En 2009 se institucionalizó la agenda regulatoria de los países desarrollados y emergentes reunidos en el G20 mediante la creación del Financial Stability Board.

Hoy 2017 se da por concluida la agenda post crisis, cuales fueron las prioridades en este proceso?

Comentemos sobre los 4 puntos esenciales...


domingo, 16 de julio de 2017

BIS, el Banco de Bancos Centrales con cambios en su estructura en 2019

Es sabido desde hace algunos meses que a partir del primero de octubre, Agustín Carstens dejará el Banco de México para ocupar la posición de Gerente General de Banco Internacional de Pagos (BIS por sus siglas en inglés), en lo que se ha sido entendido como un reconocimiento a su capacidad como banquero central.

Sin embargo, poco se sabe sobre la institución de la que formará parte; y es que el BIS, institución mucho más antigua que el Fondo Monetario Internacional (FMI) o que el Banco Mundial (BM), no recibe la cobertura mediática que reciben los últimos, ni siquiera con la crisis financiera internacional de 2007 fue objeto de los reflectores.

El BIS data de 1930, creada originalmente con la intensión de ser un organismo facilitador de las trasferencias financieras producto de las reparaciones de paz de la primera guerra mundial. Su poca relevancia se debió a la desconfianza de Harry White y Franklin D. Roosevelt en éste, debido a que era una iniciativa en la que Alemania había tenido un papel relevante en su formación.

Actualmente, es una de esas piezas fundamentales de la gobernanza financiera internacional y quizá la más lejana al escrutinio público. Pues su función es la de fungir como el foro de diálogo y cooperación más importante en los temas de política monetaria, al tiempo que es un centro de investigación y producción de conocimientos en la misma materia.

En ese sentido, de la misma forma que el BM y el FMI han sido y son promotores de políticas financieras y económicas hegemónicas, el llamado banco de Bancos Centrales hace lo propio con las políticas monetarias.

Al igual que los otros organismos mencionados, la línea de pensamiento promovida es producto de la perspectiva de los países económicamente más desarrollados. Su membresía, por otra parte, no es amplia ni abierta, sin que exista algún tipo de mecanismo de adhesión más que la invitación por parte del BIS.

He aquí el suceso de gran relevancia que ha pasado de largo en los medios de comunicación, en la reunión general que tuvo lugar en junio pasado, se anunció que llevara a cabo un importantísimo cambio en la conformación de su junta directiva.

Hoy en día la junta está conformada por 21 miembros; al igual que en el consejo de seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, existen miembros permanentes, en este caso 6, Estados Unidos, Reino Unido, Francia Italia, Bélgica y Alemania, pudiendo designar estos a su vez a otro miembro de la misma nacionalidad, quedando espacio en la mesa para otros 9, a elegir entre los otros miembros.

Con efecto a partir de enero del 2019, el BIS no ampliará sino reducirá los miembros de la junta directiva, recortando 3 lugares para quedar en 18; a su vez, los 6 miembros permanentes ya no elegirán a otros seis de sus mismas nacionalidades, sino a uno solo, y los lugares para otros miembros se ampliarán de 9 a 11.

Desde la perspectiva de la representación, efectivamente es un cambio significativo, los miembros permanentes serían minoría, 7 y la mayoría serían los electos entre los miembros del BIS.


¿Cambios en la gobernanza financiera? Definitivamente, a partir de la entrada en vigor de lo mencionado, pero no necesariamente en la agenda internacional, pues, aunque países como China, India, Brasil o Rusia donde existe un claro disenso en las prácticas de la política monetaria, como lo es el planteamiento de la autonomía de los bancos centrales, siempre habrá países en vías de desarrollo no dominantes dispuestos a apoyar posturas ortodoxas, vaya, pues que para ejemplos basta un Agustín Carstens

jueves, 25 de mayo de 2017

Manipulación sistémica de tasas de interés, ¿sorprendido?

En una segunda etapa de la crisis financiera de 2008, en los momentos en que Europa afrontaba los dilemas del rescate a los países menos sólidos: Grecia, España, Portugal, Italia e Irlanda; Inglaterra tenía sus propios problemas, la manipulación de tasas de interés[1] por la colusión de diversos bancos (ponerse de acuerdo en los rangos de las ofertas que consideran debe ser el costo del dinero). El fenómeno por sí mismo hubiera sido una sacudida al sistema capitalista mundial de haber ocurrido en un momento menos agitado. Para ponerlo en perspectiva, la crisis de la deuda latinoamericana de los años 80 tuvo como detonante los aumentos en las tasas de interés en los créditos a los gobiernos, las cuales estaban ligadas a los benchmarks de Estados Unidos e Inglaterra (la tasa de referencia más un porcentaje adicional, mismos que aumentaban de tal forma, que se volvieron impagables).

¿Estaban manipuladas en aquel entonces?, si la respuesta fuera afirmativa, no necesariamente hubiera significado que la crisis no hubiera ocurrido, pero sí que probablemente algunos países pudieran haber tenido una deuda más sustentable; las medidas de estabilización hubieran sido menos severas y es probable que no hubiera habido la necesidad de llegar al llamado Consenso de Washington. Así de importante es el papel de las tasas de interés, sin embargo, en el contexto de la crisis, la manipulación por parte de algunos bancos fue un elemento más y se solucionó con arreglos extrajudiciales.

Relacionado con lo anterior, la semana pasada se conoció que la Comisión Federal de Competencia Económica de México (COFECE, un organismo autónomo) realizará una investigación sobre acuerdos entre bancos, para establecer la tasa de interés que el gobierno deberá de pagar por colocar sus valores, (CETES, Certificados de la Tesorería) determinados de forma similar al LIBOR. Conociendo el mecanismo de formación del precio y que la industria bancaria es supuestamente estricta en cuanto a la autorización de participantes (en México existen 48 bancos y solo una fracción de ellos actúan como market makers para las subastas de CETES), sería incrédulo decirse sorprendido por un hecho de esta naturaleza, sin embargo, los medios de comunicación, comentaristas y articulistas de temas financieros se dicen sorprendidos.

Al difundirse la noticia, lo primero que hace el gobierno (SHCP) es actuar a la defensiva del sistema, pidiendo mesura, como si fuera poca cosa, señalando lo bien que las cosas han marchado hasta el momento en cuanto a estabilidad y capitalización (en el sistema financiero, se toma por sentado que si no pasa nada todo va bien), es sencillo ver las razones de esta defensa, razones tanto de carácter ideológico, como de carácter personal, como leeremos a continuación.

Razones ideológicas
Se supone que uno de los objetivos de la agenda de reformas internacionales del G20 fue la eliminación de las instituciones “Demasiado grandes para quebrar[2]”, sin embargo, casi una década después vemos una industria bancaria aún más consolidada, pues los grandes bancos sobrevivieron y los pequeños o quebraron o no pudieron mantener el ritmo de las reformas y los aumentos de capital, para finalmente ser fusionados con los grandes bancos; vemos como las medidas regulatorias implementadas son de carácter prescriptivo, orientadas a evitar la quiebra y a llevar a cabo una disolución ordenada.

Queda claro que son medidas acertadas, no obstante, existe un vacío en lo que llamaría “Demasiado grande para no corromper”, el espacio intermedio antes de la catástrofe, el aun no atajado “riesgo moral”; es ahí donde los reguladores (SHCP, Banxico y CNBV) actuarán en defensa del sistema.

Razones personales
Por otra parte, no hay que perder de vista que, dentro del gremio, en la industria, se generan relaciones personales; la llamada puerta giratoria, reflejo en México de lo que sucede a nivel mundial. Una vez concluido el mandato de los miembros de un gobierno, a donde si no a la industria, es donde los funcionarios de primer nivel van a parar; es por ellos que no le conviene a Jaime González Aguadé, Presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, o a José Antonio Meade, Secretario de Hacienda una mala relación con la industria. La misma relación cercana se da entre los supervisores y los empleados bancarios, el cambio de cachucha no es mal visto y de hecho puede ser hasta deseable.

El trabajo de COFECE está en marcha, se menciona que la CNBV colaborará, pero habrá que ver en qué medida, pues la pelota siempre ha estado en su cancha y no ha reaccionado; el diagnostico no es positivo.

A la industria tampoco le conviene perder la cordialidad con las autoridades, de forma que lo más probable es que el caso concluya con declaraciones de bombo y platillo de algunas multas (irrisorias, comparadas con las ganancias a doble digito anualmente de la industria) conseguidas por cooperación de los mismos bancos.

Finalmente, el caso de manipulación de tasas de interés no es un hecho aislado (así también se puede hablar con certeza que algo similar ocurre con los tipos de cambio y con los mercados de derivados, investigados en otras jurisdicciones como Brasil y la Unión Europea), es un espacio de arbitraje en todos los sistemas financieros, sin embargo, solo unos cuantos lo han atendido. Más vale tarde que nunca, bien por la COFECE, esperemos y apoyemos que se le permita hacer su trabajo.




[1] La tasa de interés interbancario del mercado de Londres, LIBOR (London Interbank Offered Rate), es el indicador de referencia (benchmark) para un gran número de créditos internacionales en todo el mundo, no solo aquellos dentro de la economía inglesa.

[2] To big to fail.

domingo, 7 de mayo de 2017

¿Podrán China y Rusia romper la hegemonía global del dólar?

Junto con la hegemonía atómica, el dominio del dolar sobre las finanzas internacionales son los últimos elementos de superioridad de Estados Unidos de América sobre un sistema multipolar internacional que paso a paso ha hecho evidente aquellos campos en los que la potencia es incapaz de actuar de forma multilateral.

El poder del dólar como moneda de reserva es tan omnipresente que se olvida que en cada transacción con Estados Unidos se está proporcionando un bien o servicio a cambio de nada; un producto del trabajo de alguien a cambio de abultar el déficit del país, obteniendo eso si, las canicas para intercambiar con otros jugadores que si producen, pero con los que no tenemos la coordinación y especialización suficiente para dejar de lado el dólar en la ecuación y medir los intercambios en las monedas de cada uno.

Es como si en la vida cotidiana estuviéramos informados solamente a través de un periódico descaradamente sesgado, y que con el paso del tiempo olvidáramos matizar la información y termináramos aceptando como cierto el contenido. 

Es por eso que Alfredo Jalife Ranhme, sin duda el mejor analista geopolítico no pierde de vista las relaciones internacionales que tarde o temprano acabarán con el gran privilegio norteamericano. A continuación se reproduce su columna "Bajo la lupa" del domingo 30 de abril publicado en el periódico "La jornada" :

¿Podrán China y Rusia romper la hegemonía global del dólar?

A cada quien su interpretación de los primeros 100 días tectónicos del deslactosado Trump (https://goo.gl/1V4qXd).

Mas allá de que la economía de EU –que no su Bolsa– tuvo su peor crecimiento de los pasados tres años en el primer trimestre del atribulado Trump –quien paradójicamente huye bélicamente hacia delante en los tres frentes de Siria/Afganistán/Norcorea (https://goo.gl/Oge4kN)–, desde el punto de vista geoestratégico no consiguió resquebrajar la alianza estratégica entre Rusia y China, como festejó alucinantemente su consejero de Seguridad Nacional Gral. H.R. MacMaster.

A los 100 días exactos (hora de Pekín), el canciller chino Wang Yi rechazó en el Consejo de Seguridad de la ONU la panoplia de sanciones de EU contra Norcorea y contó con el respaldo de Rusia, que desechó la retórica bélica de EU, cuando, a mi juicio, Trump se encajonó con su bluff (https://goo.gl/WY80Tn).

Con Rusia y China no está funcionando la teoría del loco de Trump y Kissinger (https://goo.gl/7pk9Eg).

Si el objetivo primordial de Trump es resquebrajar la alianza de Rusia y China, pues ha fallado con uno de los eslabones sólidos entre Moscú y Pekín: su proyecto aurífero.

Spútnik enuncia que “Rusia y China crearán un mercado del oro, lejos del dólar (https://goo.gl/W2fAch)” y cita a F. William Engdahl, quien aduce que la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra manipulan en forma clandestina el precio del oro con el fin de preservar el papel del dólar como la única divisa de reserva mundial.

Desde mayo de 2015, Pekín estableció un fondo estatal (sic) de inversiones con el fin de apuntalar el papel de China en el mercado global del oro con el sugerente nombre de Fondo Oro de la Ruta de la Seda, que invertirá en proyectos mineros y apuntalará las divisas de los países anfitriones con el metal amarillo.

El fondo chino tiene también como objetivo explorar las reservas de oro en la región de Magadan (Rusia) cuando tres miembros de los BRICS son de los siete principales productores de oro (https://goo.gl/RwD64y).

Más allá del insano mercantilismo y el procaz proteccionismo, ya no se diga el vulgar financierismo, se vislumbra que la conectividad de la nueva ruta de la seda china con la Unión Económica Euroasiática apuntalada por Rusia epitomiza el sistema nervioso central del nuevo orden global protegido con sus bombas nucleares.

Desde marzo de 2016, Kazajstán, sin salida al mar (https://goo.gl/zxDRM8), y que cada día toma mayor relieve como bisagra centroasiática entre Rusia y China –miembro simultáneo del Grupo de Shanghái, la Unión Económica Euroasiática y el megabanco AIIB (https://goo.gl/LjxiDP)–, inició charlas con la plaza de Shanghai Gold Exchange para el intercambio del oro.

El metal amarillo significa el puntal de la nueva ruta de la seda: proyecto geoestratégico/geoeconómico de China para evadir a lo largo de Eurasia la asfixia marítima de EU.

Los bancos centrales de Kazajstán y China “son los más agresivos compradores de oro en el mundo (https://goo.gl/CloUsh)” e, inclusive, se maneja sotto voce que el banco central de China ha comprado en forma significativa más oro de lo que deja entrever.

A mi juicio, el verdadero día del advenimiento del nuevo orden mundial tripolar será cuando China y Rusia pongan sobre la mesa sus cuantiosas reservas de oro, que significará la sepultura del dólar.
China y Rusia se posicionan en forma prudente y gradual para erigir el nuevo sistema monetario mundial en el que el dólar cese su función parasitaria hegemónica que le procura, según analistas chinos, 9.36% del PIB global debido a su laxa impresión de billetes verdes (https://goo.gl/cexL30).
Sin mucho ruido, Pekín lanzó desde octubre de 2015 el Sistema Internacional de Pagos de China (CIPS, por sus siglas en inglés), al unísono de la aceptación del yuan (divisa china) como parte de los derechos especiales de giro (divisa virtual del FMI). Se vislumbra que el CIPS chino se convierta en un notable competidor del SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), que domina EU.


Por su parte, Rusia, en medio de tantas sanciones asfixiantes de EU/OTAN/Unión Europea, se alista a desconectarse del SWIFT, cuando el banco central ruso ha cambiado en los cajeros automáticos de retiro cash (ATM) el sistema de pagos de las tarjetas Visa y Mastercard por el MIR, nuevo sistema de pagos doméstico (https://goo.gl/yXKn4H).

Sergey Shvetsov, primer vicegobernador del Banco Central ruso, anunció que no solamente las plazas comerciales auríferas de Shanghái y Moscú comerciarán con oro, sino que, también el resto de los tres países de los BRICS serán invitados a ello.

Ni en Rusia ni en China desean repetir la opresiva vivencia monetarista de Irán que sufrió una paliza con las sanciones de cuatro años al ser exorcizado del sistema SWIFT(https://goo.gl/dE0TZ8).
Más allá de la complementariedad militar entre Rusia y China, Pepe Escobar (PE) arguye que Washington esta aterrorizado (sic) por el acuerdo progresivo (sic) de Moscú y Pekín para “sustituir el estatuto de reserva del dólar por un sistema basado en el oro (https://goo.gl/06sDOR)”.
UnionPay, con sede en Shanghái, es la mayor organización de pagos de tarjetas de crédito en el mundo, antes de Visa y Mastercard.

PE señala que UnionPay funciona a lo largo de Asia y ha sido adoptado en forma entusiasta por HSBC (¡súper-sic!).

El portal SCMP, de Hong Kong, comenta que Moscú y Pekín unen sus fuerzas para rebasar al dólar en el mercado monetario mundial: el Banco Central ruso acaba de abrir su primera oficina foránea en Pekín el pasado marzo como un pequeño primer paso hacia delante, mientras Rusia se prepara a lanzar sus primeros bonos de empréstito federal denominados en yuan chino, lo que tiene como intención desbancar al dólar (https://goo.gl/13SVJQ).

Ya el Banco Central de China había nombrado a su banco ICBC como el liquidador de su divisa yuan en la plaza de Moscú.

Russia Insider pregunta si China obligará a los sauditas a deshacerse del dólar cuando “el Este es la mayor amenaza al petrodólar y Arabia Saudita (AS) está ya contemplando el comercio de su petróleo en yuanes (https://goo.gl/HLj21z)”. ¿Se atreverá AS?

Según Andrew Brennan (AB), de Asia Times, “el lento entrelazamiento con AS complementa (¡súper-sic!) la alianza entre Moscú y Pekín (https://goo.gl/4kklvk)”: Hoy Ru-sia es el principal socio petrolero de China y acepta yuanes en lugar de petrodólares (https://goo.gl/l2nkDE).

Existe una notable etnicidad pecuniaria entre varios países del Medio Oriente y su proclividad ancestral por el oro.

Desde inicios del 2016, Irán e India comercian sus tratativas en gas/petróleo con las rupias de India, en lugar del petrodólar (https://goo.gl/k43Edx).

Irán saltó las sanciones monetarias impuestas por el SWIFT en su venta de hidrocarburos a India mediante el pago con oro y la intermediación de Turquía que, a juicio de AB, se está convirtiendo en el intermediario de pagos con oro en Asia: el triangulo Irán/India/Turquía.

¡Las geofinanzas en acción cuando la riqueza de las naciones se traslada de Occidente a Oriente”!

lunes, 27 de marzo de 2017

80 Convención Bancaria de México, el crecimiento es nuestro

“…los banqueros ahora harán viviendas y comida, ya nadie sabe ser feliz a costa del despojo, gracias a ti y a tus ojos” 
Silvio Rodríguez en la canción “ojos color sol” de Calle 13.

En México no hay pobreza, el PIB per cápita se encuentra por arriba de los $40,000 USD al nivel de Canadá y Estados Unidos y el 100% de la población tiene cubiertas las necesidades de ahorro y crédito. Es tal el éxito que la 80 convención bancaria ha sido una fiesta; durante los últimos 10 años la industria ha puesto el hombro a la economía mexicana que hoy por fin ha despegado y crece a tasas por encima del 5% anual.  Por su puesto el sistema bancario está conformado en su totalidad por bancos comerciales, pues al cumplir plenamente con su papel en el sistema económico ha provocado la irrelevancia de las instituciones públicas.

Lo anterior tendría que ser la noticia que correspondería al eslogan de los banqueros en los últimos años “la banca no es el problema, es parte de la solución”, porque es lo que han venido repitiendo desde que la crisis financiera afectó al mundo entero, pero no tuvo contagios en México por la vía bancaria.

Habría que preguntar ¿solución de qué o a qué?, entendemos que no es el problema como si lo fue en la primera mitad de los años 90 y como lo es actualmente la industria en Europa, pero para una industria que en los últimos años crece a un ritmo tres veces mayor que el PIB mexicano, encontrar consuelo en no ser una fuente de inestabilidad económica es muy cómodo, por decir lo menos.

Cuando se habla del sistema bancario parece olvidarse del papel tan relevante que ocupa en la economía de un país, para bien o para mal son ellos la caja de resonancia de las políticas económicas, las instituciones de ahorro de muchas familias, la puerta de entrada de los mexicanos a los servicios financieros, los principales inversionistas en deuda gubernamental, la vía de transmisión de la política monetaria y al mismo tiempo el sector más sensible al movimiento de las variables macroeconómicas; es por eso que celebrar por cumplir con “no ser un problema” es mediocre a todos niveles.

Si, muy bien que la banca mexicana conformada por 47 instituciones de banca múltiple (con el G7 responsable por el 83% del crédito) esté muy bien capitalizada (15.08% del ICAP a enero 2017), con bajas tasas de morosidad (2.18% a enero 2017) y con un sistema saludable, luego entonces, como es que se da por descartado que se logre el objetivo planteado en la reforma financiera de 2014, alcanzar el 40% del crédito al sector privado como porcentaje del PIB al final del sexenio, cuando ni siquiera es una porcentaje parecido a otros países desarrollados como Colombia (47%), Brasil (68%) y Chile (111%).


Felicidades a los banqueros por su convención, pero el tamaño de las utilidades en México merece ser correspondido de mejor manera de su parte, no son el problema, pero tampoco han sido o quieren ser la solución.

sábado, 25 de marzo de 2017

Al ritmo del G20



Menos de 10 años[1] duró el trato fraterno entre los países desarrollados y emergentes reunidos en el G20. Éste grupo, como antes lo fue el G8 y el G6 busca coordinar y establecer las directrices del sistema económico mundial, entendiendo que la soberanía nacional ya no basta para mantener bajo control las variables financieras más importantes; a éste mecanismo de coordinación podríamos llamarle gobernanza financiera.
Hoy en día, previo a las reuniones; los analistas pueden formarse una idea más o menos clara de lo que se discutirá, las posturas con las que llegan los actores y el rumbo que se espera tomen las cosas. En las cumbres similares hace dos décadas la información era limitada, gran parte de la identidad de los involucrados desconocida y la agenda y los compromisos resguardados bajo el más alto nivel de secrecía.
Por otro lado, al igual que antes, para los ciudadanos resulta difícil entender la trascendencia de éstos encuentros de alto nivel; al finalizar se publican sendos comunicados con rutas hacia un destino de bienestar inevitable, que pasan por la cooperación y la firma de documentos protocolarios, pero que muy remotamente establecen metas cuantitativas y mucho menos medidas en caso de no lograr algún elemento de la declaración. Como consecuencia, el mundo de las relaciones internacionales se vuelve una ociosidad para el común de la gente.
Sin embargo, a diferencia de los que sucedía antes, resulta que las reuniones actuales si tienen puntos finos que merecen ser seguidos por los ciudadanos de todas las nacionalidades, ya no son solamente los jefes de estado y de gobierno o los cancilleres los que participan de éstos acuerdos; ahora se suman a las discusiones supervisores financieros, titulares de finanzas y los banqueros centrales. Resulta que es en éstas reuniones donde se marcan las pautas para la inversión, las reglas bajo las cuales los bancos y otros organismos financieros operarán entre países, los acuerdos entre lo que sí estará permitido o no en la industria financiera, cómo se trabajará para fortalecer el crecimiento y la baja inflación y aquellas medidas para evitar la evasión de impuestos, en otras palabras, se discute, nada más y nada menos el ritmo al cual bailarán los países con sus políticas fiscales, monetarias y financieras.
Si los representantes un país se inclinan a favor de determinada política económica que podría ayudar al crecimiento de su país y resulta que la idea es contraria a éstas directrices del G20, difícilmente llegará a implementarse y a muy altos costos. Por ejemplo, disminuir el capital requerido a los bancos para impulsar el crédito, podría ser una medida coherente, sin embargo, las consecuencias de facto serán que los inversionistas globales se alejarán de su país por una cuestión reputacional, ya que al no cumplir con los estándares de Basilea III que piden mayor nivel de capital se consideraría una jurisdicción poco segura para invertir.
Este escenario es el mismo si se es miembro o no del G20, las directrices o “buenas prácticas” acordadas impactan a todas las economías, no solo a los miembros. Como se mencionó, la gobernanza hace necesaria la participación de países como México, Arabia Saudita o Sudáfrica; en el sentido de añadir representatividad; más no necesariamente en la fijación de la agenda.
La dinámica real del organismo quedó establecida desde las primeras reuniones, el consenso obtenido entre los países desarrollados es más que suficiente para establecer la agenda; en cambio, cuando el consenso se rompe entre las potencias una historia distinta sucede, actualmente podemos ver como Estados Unidos presenta disensos respecto a medidas a favor del libre comercio; ¿habrá consecuencias reputacionales que obliguen a modificar sus políticas? De ninguna manera, de hecho, resultan tan irrelevantes las reglas del juego fuera del consenso que incluso si se establecieran medidas coercitivas o formales el resultado sería el mismo; está por verse como logra la Organización Mundial de Comercio donde si existe un acuerdo formal, evitar las medidas proteccionistas del presidente Trump.
Si, el mundo necesita coordinación, reglas y acuerdos; la soberanía en nuestros tiempos no es lo que fue en tiempos de la Unión Soviética, sin embargo, al ver la agenda de los organismos internacionales podemos identificar como hay miembros que son sujetos de las reglas y miembros que las redactan. He ahí la causa de que los ciudadanos de las naciones en desarrollo deban prestar más atención a éste juego de la política internacional, de ello dependerá el margen de actuación de sus gobernantes en las políticas económicas a nivel interno.



[1] Considerando a partir de la Cumbre de Washington celebrada el 15 de noviembre de 2008.

lunes, 13 de marzo de 2017

La agenda del FSB para 2017; consolidación y evaluación de las reformas


El pasado 28 de febrero tuvo lugar la primera reunión anual del Financial Stability Board (FSB), los temas presentados en ésta serán los que estaremos viendo en la agenda del G2O en la reunión de julio en Alemania.

A casi 10 años de distancia de la más reciente crisis financiera global, la agenda de Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se enfocó en la revisión de la implementación de las reformas y la calibración de los resultados indeseados o subóptimos, tanto en países desarrollados como en mercados emergentes, pero con un énfasis en los últimos. En la ruta de las reformas, el trabajo de implementación ha recaído principalmente en los organismos especializados como el Comité de Basilea para la Supervisión Bancaria o en la Organización Internacional de Comisiones de Valores, mientras que el FSB ha actuado como el eje articulador y la cara visible de las reformas ante el G20. De tal manera que, tras cumplir con sus mandatos, inicia una nueva etapa de trabajo enfocado en la evaluación de la coherencia y la identificación de los efectos no deseados de las reformas como un todo, por lo que al día de hoy se encuentra recabando estudios y propuestas de los miembros y con base en éstos, en julio en la reunión del G20, se presentará el plan de trabajo correspondiente.

Respecto a los temas aún por concluir; se presentó un reporte sobre la interdependencia entre las contrapartes centrales, los miembros liquidadores preponderantes y los proveedores de servicios financieros. Este punto va alineado con la consulta publicada en febrero sobre la guía de resolución de contrapartes centrales. Hay que tener en mente que la infraestructura de los mercados también ha sido considerada como parte de la clasificación de Instituciones Financieras Sistémicamente Importantes, aunque no necesariamente se puede esperar una lista como las que publica el FSB para bancos o aseguradoras cada noviembre.

En cuanto a los temas de la agenda de mayor relevancia para los países emergentes, (discutidos en el foro ad oc, organizado en las mismas fechas) se sigue haciendo mención a los impactos en la liquidez de los mercados de valores locales, ya que medidas como la estandarización de instrumentos derivados o la negociación de los llamados derivados “over the counter”, pueden provocar la disminución de las operaciones en sus mercados, tanto por mayores costos, como por limitaciones regulatorias de los países en los que se encuentran los participantes del mercado.

Mientras que en el seno del G20 participan países emergentes como los llamados BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), otros como Argentina, México, Corea del Sur y aquellos invitados por el anfitrión; en el FSB se ha buscado la forma de dar voz a todos los países mediante la conformación de diversos grupos regionales, de forma que puedan dar seguimiento a tendencias y retos de la regulación discutidos por los miembros de la plenaria del organismo y a su vez éstos puedan plantear aquellos temas que consideren deban ser discutidos a nivel internacional. Así es como se ha logrado que uno de los recientes puntos de atención del FSB sea el impacto en las relaciones entre bancos a través de las fronteras, pues debido a la sobrecarga de medidas preventivas de lavado de dinero, en algunos países se inhibe la prestación de servicios a otras jurisdicciones, (el llamado de-risking), teniendo impactos en la actividad económica; resultado de esto es que en diciembre del año pasado el FSB publicó un documento sobre el plan de trabajo para el grupo encargado de atender el tema.

Al tiempo que se vaya concluyendo con el trabajo de la agenda poscrisis, entre los asuntos que irán tomando fuerza se encuentra el relacionado con el cambio climático, para el cual el FSB creó un grupo de trabajo relativo a la revelación de aspectos que afecten el cambio climático y para el cual ha sido emitido para consulta un documento. En el mismo sentido, encontramos las propuestas de trabajo en fintech, ya que es un área de oportunidad para que los mercados emergentes logren un mayor alcance de usuarios de servicios financieros.


Restará ver si los cambios en la orientación ideológica de los nuevos gobiernos, háblese Estados Unidos, Francia o Reino Unido, permitirán mantener la dinámica de trabajo y los compromisos logrados en éstos casi 10 años.

domingo, 5 de marzo de 2017

Nueva propuesta de reforma a la regulación financiera norteamericana, ¿Negación de la crisis financiera del 2008?

A menos de un mes de gobierno, Donald Trump ha emitido un decreto ejecutivo que busca modificar la reforma financiera del año 2010 conocida como “Dodd-Frank” (D-F) a la cual califica de “desastre”, lo que inmediatamente ha hecho saltar el precio de las acciones de las empresas financieras. Ante esta posibilidad habría que preguntarle, ¿Qué acaso vivió fuera de la tierra entre 2007 y 2012? Siendo un empresario de tal relevancia es imposible que sus negocios se hayan visto inmunes ante la extensión de la crisis, ya sea por las consecuencias de las hipotecas basura o por la contracción del crédito bancario.

El decreto ejecutivo instruye a las agencias reguladoras realizar una revisión de la congruencia de sus acciones y resultados con los siguientes principios:

·       “(A) capacitar a los estadounidenses para tomar decisiones financieras independientes e informadas en el mercado, ahorrar para la jubilación y construir riqueza en lo individual;
·         (B) evitar los rescates financiados por los contribuyentes;
·         (C) fomentar el crecimiento económico y la dinámica de los mercados financieros a través de análisis de impacto regulatorio más rigurosos;
·         (D) permitir a las empresas estadounidenses ser competitivas;
·   (E) promover los intereses estadounidenses en las negociaciones y reuniones sobre regulación financiera internacional;
·         (F) hacer que la regulación sea eficiente, eficaz y diseñada adecuadamente; y
·        (G) restablecer la rendición de cuentas dentro de los organismos federales de regulación financiera y racionalizar el marco regulatorio financiero federal.”

Si bien, por si mismos los principios no suenan descabellados, sino más bien coherentes (¿quién se podría imaginar una regulación que dijera lo contrario?) y partiendo de que todas las leyes son perfectibles, proponer modificaciones a una ley de más de 800 páginas en donde gran parte de las medidas no han logrado ser implementadas tiene sentido. Algo puede hacerse respecto de la complejidad regulatoria que establece distintas agencias de regulación dependiendo del tamaño y alcance de los bancos, o por ejemplo los requerimientos de capital para los bancos comunitarios; sin embargo, es el contexto y las declaraciones lo que prende las señales de alerta.

No han sido pocas las ocasiones que el presidente hace declaraciones en contra de las facultades de la Reserva Federal (FED) y su presidenta Janet Yellen; de hecho, Daniel Tarullo, miembro de la junta de la FED y principal encargado de la regulación bancaria, ha presentado su renuncia, dejando al ejecutivo poder para nombrar a alguien en su lugar, al igual que en otras dos vacantes en la institución.

En paralelo, el congresista Patrick McHenry, vicepresidente del comité de servicios financieros y parte de la bancada republicana han presionado a la FED para dejar de participar en las decisiones del Comité de Basilea, organismo emisor de estándares internacionales a nivel bancario.

Más preocupante aún resulta la existencia de un documento que delinea el sentido en que el irían los cambios en la regulación, en junio de 2016 (meses antes incluso de la elección presidencial) la bancada republicana presentó una propuesta de ley para los servicios financieros, nombrada como “The Financial Choice Act”, en la que con base en declaraciones descontextualizadas cuestiona la arquitectura financiera de la reforma D-F; entre otras cosas la creación del Comité de Supervisión de Estabilidad del Sistema Financiero, encargado de identificar riesgos sistémicos; los requerimientos de capital regulatorio (en sintonía con los Acuerdos de Basilea III); las medidas de resolución para los bancos considerados sistémicos; las facultades de supervisión de la FED sobre infraestructura sistémica e instituciones financieras no bancarias consideradas sistémicas, así como sus atribuciones en cuanto a realizar pruebas de resistencia financiera.

La infraestructura del sistema financiero en cualquier país es de utilidad pública (de ella dependen los sistemas de pagos), la regulación que se aplica a esta industria se le denomina “prudencial” porque su objetivo es la toma responsable de riesgos por parte de los participantes del mercado, debido a las consecuencias que pueda tener para el país. A su vez, en un mundo de libre flujo de capitales y mercados financieros operando las 24 horas al día, la estabilidad financiera es un bien público global y en el mismo sentido, el éxito de las medidas que tienden a tal fin está en que no se requiera de rescates por parte de los gobiernos. Si se quisiera de verdad dejar de favorecer a los grandes bancos (clasificados de acuerdo a los estándares internacionales como Instituciones Financieras Sistémicamente Importantes (SIFI)), se debería proceder a su nacionalización y no a la eliminación de la red de protección del sistema, pues la toma de riesgos a costa de un daño a la población siempre estará latente, no hay forma de que los costos de un rescate sean mayores a los costos para la economía nacional del permitir la quiebra de un particular sistémico. En caso de ir en tal sentido, las reformas, se volvería al “business as usual” y se olvidarían las declaraciones del CEO de Morgan Stanley, John Mack en 2009, “No nos podemos controlar a nosotros mismos”.

Por lo pronto el primer paso ya se ha dado en ese sentido, el mismo 3 de febrero de 2017 fue firmada una segunda orden ejecutiva que, argumentando que los usuarios de servicios financieros tienen derecho a tener todas las opciones de inversión, revisará la responsabilidad de los asesores financieros de actuar a favor de sus clientes, lo que permitiría a los asesores ofrecer productos que no correspondan al perfil del inversionista pero que les generen mayores comisiones.

Tanto la orden ejecutiva, como la propuesta del congresista Patrick McHenry; por su subjetividad, no dejan más que inferir que se encuentran impulsadas por el lobby financiero, lo único que se puede comparar con dicha irresponsabilidad es la negación del cambio climático. Algunos medios como la revista “The Economist” señalan que difícilmente se cambiaría algo sustancial de la D-F, pero hasta ahora no deja de sorprender como la irracionalidad se apodera de los contrapesos del sistema político de Norteamérica ante las amenazas de Donald y dejan el camino libre a sus medidas.