“…los banqueros ahora harán viviendas y comida, ya nadie sabe ser
feliz a costa del despojo, gracias a ti y a tus ojos”
Silvio Rodríguez en la
canción “ojos color sol” de Calle 13.
En México no hay pobreza, el PIB per cápita se encuentra por
arriba de los $40,000 USD al nivel de Canadá y Estados Unidos y el 100% de la
población tiene cubiertas las necesidades de ahorro y crédito. Es tal el éxito
que la 80 convención bancaria ha sido una fiesta; durante los últimos 10 años
la industria ha puesto el hombro a la economía mexicana que hoy por fin ha
despegado y crece a tasas por encima del 5% anual. Por su puesto el sistema
bancario está conformado en su totalidad por bancos comerciales, pues al cumplir
plenamente con su papel en el sistema económico ha provocado la irrelevancia de
las instituciones públicas.
Lo anterior tendría que ser la noticia que correspondería al
eslogan de los banqueros en los últimos años “la banca no es el problema, es
parte de la solución”, porque es lo que han venido repitiendo desde que la
crisis financiera afectó al mundo entero, pero no tuvo contagios en México por
la vía bancaria.
Habría que preguntar ¿solución de qué o a qué?, entendemos que no
es el problema como si lo fue en la primera mitad de los años 90 y como lo es
actualmente la industria en Europa, pero para una industria que en los últimos
años crece a un ritmo tres veces mayor que el PIB mexicano, encontrar consuelo
en no ser una fuente de inestabilidad económica es muy cómodo, por decir lo
menos.
Cuando se habla del sistema bancario parece olvidarse del papel
tan relevante que ocupa en la economía de un país, para bien o para mal son
ellos la caja de resonancia de las políticas económicas, las instituciones de
ahorro de muchas familias, la puerta de entrada de los mexicanos a los
servicios financieros, los principales inversionistas en deuda gubernamental,
la vía de transmisión de la política monetaria y al mismo tiempo el sector más
sensible al movimiento de las variables macroeconómicas; es por eso que
celebrar por cumplir con “no ser un problema” es mediocre a todos niveles.
Si, muy bien que la banca mexicana conformada por 47 instituciones
de banca múltiple (con el G7 responsable por el 83% del crédito) esté muy bien
capitalizada (15.08% del ICAP a enero 2017), con bajas tasas de morosidad (2.18%
a enero 2017) y con un sistema saludable, luego entonces, como es que se da por
descartado que se logre el objetivo planteado en la reforma financiera de 2014,
alcanzar el 40% del crédito al sector privado como porcentaje del PIB al final
del sexenio, cuando ni siquiera es una porcentaje parecido a otros países
desarrollados como Colombia (47%), Brasil (68%) y Chile (111%).
Felicidades a los banqueros por su convención, pero el tamaño de
las utilidades en México merece ser correspondido de mejor manera de su parte,
no son el problema, pero tampoco han sido o quieren ser la solución.
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