lunes, 27 de marzo de 2017

80 Convención Bancaria de México, el crecimiento es nuestro

“…los banqueros ahora harán viviendas y comida, ya nadie sabe ser feliz a costa del despojo, gracias a ti y a tus ojos” 
Silvio Rodríguez en la canción “ojos color sol” de Calle 13.

En México no hay pobreza, el PIB per cápita se encuentra por arriba de los $40,000 USD al nivel de Canadá y Estados Unidos y el 100% de la población tiene cubiertas las necesidades de ahorro y crédito. Es tal el éxito que la 80 convención bancaria ha sido una fiesta; durante los últimos 10 años la industria ha puesto el hombro a la economía mexicana que hoy por fin ha despegado y crece a tasas por encima del 5% anual.  Por su puesto el sistema bancario está conformado en su totalidad por bancos comerciales, pues al cumplir plenamente con su papel en el sistema económico ha provocado la irrelevancia de las instituciones públicas.

Lo anterior tendría que ser la noticia que correspondería al eslogan de los banqueros en los últimos años “la banca no es el problema, es parte de la solución”, porque es lo que han venido repitiendo desde que la crisis financiera afectó al mundo entero, pero no tuvo contagios en México por la vía bancaria.

Habría que preguntar ¿solución de qué o a qué?, entendemos que no es el problema como si lo fue en la primera mitad de los años 90 y como lo es actualmente la industria en Europa, pero para una industria que en los últimos años crece a un ritmo tres veces mayor que el PIB mexicano, encontrar consuelo en no ser una fuente de inestabilidad económica es muy cómodo, por decir lo menos.

Cuando se habla del sistema bancario parece olvidarse del papel tan relevante que ocupa en la economía de un país, para bien o para mal son ellos la caja de resonancia de las políticas económicas, las instituciones de ahorro de muchas familias, la puerta de entrada de los mexicanos a los servicios financieros, los principales inversionistas en deuda gubernamental, la vía de transmisión de la política monetaria y al mismo tiempo el sector más sensible al movimiento de las variables macroeconómicas; es por eso que celebrar por cumplir con “no ser un problema” es mediocre a todos niveles.

Si, muy bien que la banca mexicana conformada por 47 instituciones de banca múltiple (con el G7 responsable por el 83% del crédito) esté muy bien capitalizada (15.08% del ICAP a enero 2017), con bajas tasas de morosidad (2.18% a enero 2017) y con un sistema saludable, luego entonces, como es que se da por descartado que se logre el objetivo planteado en la reforma financiera de 2014, alcanzar el 40% del crédito al sector privado como porcentaje del PIB al final del sexenio, cuando ni siquiera es una porcentaje parecido a otros países desarrollados como Colombia (47%), Brasil (68%) y Chile (111%).


Felicidades a los banqueros por su convención, pero el tamaño de las utilidades en México merece ser correspondido de mejor manera de su parte, no son el problema, pero tampoco han sido o quieren ser la solución.

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