viernes, 19 de enero de 2018

México una vuelta más a la tuerca, la cuestionable adhesión al CIADI


El Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y nacionales de otros Estados (CIADI), es un mecanismo mediante el cual los países y las empresas extranjeras que invierten en ellos pueden dirimir diferencias cuando existen acuerdos comerciales o sobre inversiones, es decir, es un jurado.
A principios de año, tras más de 50 años de existencia, México decidió adherirse a dicho mecanismo. Lo hizo sin aplausos y bajo poca cobertura mediática, sumamente poca si comparamos otros eventos internacionales de menor relevancia política como lo son algunas visitas bilaterales de autoridades extranjeras ¿habrá algo que ocultar? En principio no hay nada que ocultar, simplemente es una mala decisión, como otras malas decisiones de la actual administración en política exterior. Al entender que se trata de un mecanismo de impartición de justicia no suena descabellado suscribirse, pero al explicarse que el CIADI forma parte del Grupo Banco Mundial (BM) esta decisión puede verse con otro matiz.
Permanentemente el BM ha estado inmerso en la polémica por su enfoque pro-mercado y contra las políticas sociales de los gobiernos, no son pocos los casos en que se han cuestionado las condiciones que la institución requiere para otorgar préstamos. Al día de hoy, junto con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), el BM es una de las instituciones que no deja de apoyar las reformas estructurales en México y en otros países en desarrollo, como si los resultados de empobrecimiento de la sociedad no fueran suficiente evidencia de su fracaso tras el llamado Consenso de Washington desde los años 80.

No sorprende que los medios de comunicación mexicanos no dieran difusión a la incorporación de México al instrumento de arbitraje, quizá por el control que tiene el gobierno sobre la prensa nacional, como los diarios norteamericanos han documentado. Si la sociedad relacionara las noticias económicas con el hecho de la adhesión, se prenderían las alarmas, tan solo hace una semana se reveló el resultado de una investigación de la UNAM que señala que en los últimos 30 años el poder adquisitivo de los mexicanos ha disminuido en 80%, coincidentemente los mismos años desde que el cambio de enfoque macroeconómico; la segunda noticia con la que se debe relacionar la adhesión al CIADI y que debería alzar cuestionamientos son los comentarios del economista en jefe del BM, Paul Romer, quien develó que el cambio de metodología en el estudio Doing Business afectó negativamente la posición de Chile durante los gobiernos de Michelle Bachelet, por el solo hecho de no ser tan permisivos con los empresarios en las políticas locales. Tal suceso pone en evidencia la posición política del BM basada en conceptos ideológicos más que criterios económicos, ese es el doble racero con que el que se puede esperar que actúe el CIADI.
México es el campeón de los tratados de comercio y de inversión bilaterales, desde el gobierno de Miguel de la Madrid la política económica se reorientó hacia una mayor apertura comercial, el país se incorporó al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT), antecedente de la Organización Mundial de Comercio (OMC) e incluso entonces, no sucedió la incorporación al CIADI, ¿por qué? Una de las explicaciones puede ser que México realmente no lo necesita, en los acuerdos con otros países México incorpora mecanismos ad oc para la solución de controversias, por ejemplo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) señala que, en caso de controversia, la parte que se considera agraviada tiene derecho a seguir una de tres reglas procesales de distintos mecanismos de arbitraje: el del CIADI, el mecanismo complementario del CIADI y el de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional, y a partir de tal selección, se constituirá un tribunal integrado por tres árbitros acordados entre las partes, es decir, se siguen las reglas de los mecanismos comentados, pero bajo la institucionalidad acordada por las partes.  Por otro lado, ¿Qué ventajas tienen las empresas mexicanas al defender la incorporación de México al CIADI?, ninguna; las empresas mexicanas pueden demandar en otros países el incumplimiento de acuerdos de inversión, pero no pueden demandar incumplimientos en México al ser empresas nacionales, es un mecanismo reservado a las inversiones extranjeras.

Las cifras de los juicios ante el CIADI dan muestra de una tendencia a favor de los reclamos de los inversionistas (29%) sobre aquellos que dan la razón a los Estados, de forma que no dan lugar a los reclamos (17.8%) sin contar con que en 16.6% de los casos existió un arreglo bilateral.


 Fuente: Estadísticas del 2do semestre de 2017 del CIADI https://icsid.worldbank.org/en/Documents/resources/ICSID%20Web%20Stats%202017-2%20(Spanish)%20Final.pdf

No todo el mundo es parte de CIADI, en él se encuentran los países desarrollados (lugar de origen de la mayoría de las empresas trasnacionales) que pueden demandar en otros países y la mayor parte de los países pobres. ¿Quiénes NO forman parte?, los BRICS (con excepción de China), ni India ni Brasil, ni Rusia, ni Sudáfrica están dispuestos a poner en juego ante un tribunal del BM sus políticas de inversión, donde resulta evidente que llevan las de perder. Así lo han entendido Bolivia, Venezuela y Ecuador que han decidido retirarse.  
México en el CIADI ¿noticia para pregonar con bombo y platillo?, el ser parte del CIADI y poner ante un tribunal parcial las políticas macroeconómicas, solo servirá de excusa para el gobierno en turno para explicar cómo las circunstancias externas son las que perjudican a la población y NO las incapacidades de los políticos locales, los responsables del magro crecimiento económico nacional.

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