miércoles, 10 de enero de 2018

Misión Cumplida Basilea III, nos vemos en la próxima crisis Basilea IV


A tan solo unos meses de que Donald Trump ganara la presidencia en los Estados Unidos las cotizaciones bursátiles de los bancos norteamericanos se dispararon, la perspectiva de una menor carga regulatoria y de echar abajo partes de la Ley Dodd-Frank de 2010 se veía como una posibilidad.
Sin perder el tiempo, a finales de enero el representante republicano Patrick McHenry envió una carta solicitando la retirada de los Estados Unidos de los organismos financieros emisores de estándares y le puso los pelos de punta a los negociadores internacionales que hasta ese momento habían logrado establecer un gran número de nuevos acuerdos con el fin de hacer más seguro el sistema financiero internacional. Sin Estados Unidos cualquier esfuerzo sería limitado.
 
Como si se tratara de un cuento con final feliz, el a principios de diciembre de 2017 los miembros del Comité de Basilea para la Supervisión Bancaria, incluyendo a EUA cerraron el ciclo de reformas, algo que, a pesar de lo cerca que se encontraba de su conclusión, tras la salida de piezas clave de la regulación bancaria como Daniel K. Tarullo se ponía en duda.
Bajo la premisa de generar estándares, simples transparentes y comparables los expertos internacionales se dieron a la tarea de atender todos aquellos aspectos que durante la crisis de 2007 hicieron evidente las fallas en el negocio bancario, ¿en que consistieron los principales cambios?
·         Mayores requerimientos de capital para los bancos y cambios en las metodologías en el cálculo de los Activos Ponderados por Riesgo.
·         Nuevos estándares para incluir indicadores de liquidez en un plazo de un mes (Coeficiente de Cobertura de Liquidez) como en un plazo de un año (Coeficiente de Fondeo Estable Neto)
·         Se establece una medida de apalancamiento basado en el capital y las exposiciones totales.
·         Se crean metodologías para el cálculo de riesgo operacional y otro tipo de riesgos, así como marcos regulatorios para bancos calificados como “sistémicos” por su importancia e impacto a nivel local y global.
Pero la cereza del pastel, y por lo cual tras 7 años del documento base las reformas no concluían era el debate entre Europa y Estados Unidos por un límite mínimo a los activos ponderados por riesgo calculados mediante los modelos particulares de los bancos (modelos internos), en el cual el nivel propuesto por Estados Unidos era de 75% y por su parte los países europeos planteaban en 70%. La decisión salomónica consistió en elegir el punto intermedio 72.5% (tras varios meses de discusiones y presiones por parte de la industria).
 
Los estándares bancarios no son perfectos, hay que ser claros en lo que son, el piso mínimo en que los miembros se han puesto de acuerdo, se ha atajado las causas de la crisis de 2007 basados en las posibilidades de ciertos eventos adversos y atendiendo a las probabilidades; pero mientras los bancos tengan la fórmula mágica para prestar más dinero del que tienen la palabra riesgo debe estar siempre presente.

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