martes, 3 de julio de 2018

Banqueros centrales, en sus palabras “salvadores del sistema financiero mundial”

Agustin Carstens Gerente general del Banco de Pagos Internacionales, presentó recientemente el informe anual de la institución que encabeza.
Poniéndole su sello a tan solo siete meses de asumir, el informe ahora se dividirá en dos publicaciones, una (informe anual) con los resultados financieros y actividades institucionales y otro el Informe Económico Anual (IEA), conteniendo el análisis de la economía mundial.
El IEA contiene tres capítulos sobre el desarrollo de la economía mundial, se analizan los riesgos y prospectivas del mundo que enfrentan los tomadores de decisión en materia de política monetaria y regulación financiera.
El punto de partida del análisis del BIS es la vuelta a la estabilidad a 10 años de lo que se señala como la “Gran Crisis Financiera” tomando como indicadores clave el ritmo de crecimiento mundial, las tasas de inflación y el nivel de empleo.
A corto plazo el reporte considera que se vive en un escenario favorable “una de las expansiones económicas más prolongadas del período posterior a la II Guerra Mundial”, lo cual para Carstens “pondría a prueba las nociones del pleno empleo”. En la presentación del documento el exbanquero central de México señaló que la comunidad de bancos centrales debe sentirse satisfecha con el estado de la economía global” pues se evitó una “Gran depresión” tras una década de esfuerzos con política acomodaticia y no convencional.
De tal modo, la prueba a futuro será mantener una expansión sustentable. La pregunta de los banqueros es ¿Cómo es posible el nivel de crecimiento actual sin generar inflación? La evidencia empírica contradice la ortodoxia económica, para lo cual solamente se tienen hipótesis como avances tecnológicos y el efecto mismo de la globalización (argumento recurrente en los reportes anuales).
Al ser la prudencia uno de los valores fundamentales de los bancos centrales, sea cual sea su composición y mandatos, el informe señala las vulnerabilidades que el BIS considera, podrían afectar la tendencia favorable del crecimiento en el mediano plazo:
·         Los desequilibrios constantes tras la recuperación y la actual dependencia de la laxitud monetaria, que se refleja en mercados financieros con sobreprecios.
·         El constante aumento del nivel de endeudamiento soberano, rompiendo records constantemente (por encima de los 160 trillones de dólares, significando el 300% del PIB mundial).
El punto de implosión o como se conoce comúnmente “Momento Minsky” es lo que genera inquietud, ¿serán las medidas proteccionistas a nivel comercial? ¿será una descompresión repentina “snapback” de la economía con bonos soberanos históricamente bajos? ¿será una corrección en el apetito de riesgo en los mercados? Lo que no deja lugar a dudas para la comunidad de banqueros centrales es que ya sea en el mediano o en el largo plazo las amenazas podrían estallar, y ahora las el toolkit de política monetaria se encuentra más limitados que antes de la crisis. Ahora es el momento de atenuar las tendencias.
Carsterns concluye con los pasos a seguir: asegurar el progreso de la última década, segundo, continuar el camino de la regularización de la política monetaria, tercero, mantener una perspectiva de largo plazo y limitar la acumulación de desbalances de acuerdo con un marco de estabilidad macroprudencial y finalmente, redoblar los esfuerzos de las reformas estructurales para fortalecer el potencial de crecimiento y la resistencia económica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario