miércoles, 25 de julio de 2018

Calentando motores para la reunión del G20 en Argentina


El fin de semana se reunieron 23 ministros de finanzas, 14 presidentes de Bancos Centrales y 10 titulares de organizaciones internacionales en Buenos Aires para dar seguimiento a la agenda del G20, los asuntos a tratar van más allá del crecimiento económico. Para esta tercera reunión los temas tratados se pueden clasificar en tres grupos: evaluación de la economía y sus riesgos, temas prioritarios bajo la Presidencia pro-tempore Argentina y construcción de la arquitectura financiera internacional.

El G-20 representa dos tercios de la población mundial, 85 por ciento del producto interno bruto y 75 por ciento de todo el comercio internacional, por lo que sus decisiones son de gran impacto, pero quizá desde la perspectiva de las finanzas, es decir del espacio que ocupan los Bancos Centrales y Ministerios de Hacienda no hay mucho por hacer por el momento, por un lado, no pueden evitar las alternativas políticas que las sus sociedades están eligiendo, (la vuelta hacia el interior, el proteccionismo) mientras que por el otro,  dejar sus economías bajo la inercia de la recuperación probablemente  los hará salir bien librados  hasta el final de sus mandatos.

Desde las primeras reuniones que se realizaron en 2008 para atender de manera urgente los temas relativos a la crisis financiera, el G20 ha ido ampliando la agenda de la gobernanza global a temas tan variados como medioambiente, laboral o tecnológico; no obstante, todos ellos concurren de alguna manera en la agenda financiera. Habría que señalar que los encuentros este año han sido menos álgidos comparados con lo ocurrido en Alemania el año pasado, durante la presentación del equipo económico Norteamericano del presidente Donald Trump con el secretario del Tesoro, Steven Munchin, a la cabeza quien mantuvo la retórica en momentos en que la imposición de tarifas arancelarias estaban a un paso: “Continuaremos utilizando todas las herramientas de política para apoyar un crecimiento fuerte, sostenible, balanceado e inclusivo” es lo que se señala la declaración final. Quizá la cordialidad del encuentro  este año, tenga que ver con que la economía global está en ritmo y como lo indica el reporte anual del Banco Internacional de Pagos, no hay grandes retos a corto plazo. Las amenazas de una guerra comercial, los desbalances globales, la desigualdad y el crecimiento estructuralmente débil son tendencias a observar en el mediano plazo.

En temas de la arquitectura financiera internacional conviene recordar que la creación del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) en 2009 sin duda fue pieza clave y desde entonces el trabajo de coordinación con los organismos emisores de estándares (Comité de Basilea para la Supervisión Bancaria, Organización Internacional de Comisiones de Valores, Asociación Internacional de Supervisores de Seguros) ha sido exitosa, al punto en que a 10 años de la crisis, el trabajo entró en una etapa de “evaluación de las reformas y sus consecuencias” cuyos resultados seguramente se estarán presentando en la reunión del FSB de noviembre, al tiempo que ataja temas nuevos como los relacionados a las tecnologías financieras aplicadas a las finanzas (FINTECH). Del otro lado de la moneda podemos ver una lenta adaptación de las instituciones de Bretton Woods, apenas en 2016 el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la XIV revisión de cuotas de 2010 y ya tendría que estarse trabajando en la XV revisión, para lo cual el comunicado señala como fecha limite la reunión anual del próximo año.

Argentina, haciendo uso de las facultades del anfitrión plantea como prioridades de 2018 “El futuro del trabajo”, la “Infraestructura para el desarrollo” y “Un futuro alimentario sostenible”. Bajo el primer punto el grupo de titulares de finanzas respaldó el Menú de Opciones de Políticas para el Futuro del trabajo, hablando de que este ayudará a aprovechar las tecnologías para fortalecer el crecimiento y productividad; ayudar a las personas a enfrentar desafíos distributivos y promocionar la igualdad de género y la cooperación. Paliativos ante la tendencia de automatización la tercerización del trabajo que parecerían irreversibles a estas alturas. Al presentarse los avances de la Hoja de ruta hacia la clasificación de la Infraestructura como activo, la idea es impulsar la inversión del sector privado en las carteras de proyectos de infraestructura con una metodología estandarizada.

Finalmente, conviene resaltar que, en el comunicado del encuentro, se da la bienvenida nuevamente a las “Guías Operacionales para el Financiamiento Sostenible” y los trabajos sobre el endeudamiento del Banco Mundial (BM), el FMI y el Club de París, pero aún no se ven propuestas para que se presente en la mesa de discusión la creación de un tribunal de arbitraje de la deuda. Algo de esta naturaleza sería un gran paso si es presentado por el esperado reporte del Grupo de Personas Eminentes del G20 sobre Gobernanza Financiera. Mientras tanto, en las próximas reuniones veremos temas de la agenda como el financiamiento al terrorismo, la inclusión financiera y las finanzas sustentables ocupan mayores líneas en sus comunicados.

martes, 3 de julio de 2018

Banqueros centrales, en sus palabras “salvadores del sistema financiero mundial”

Agustin Carstens Gerente general del Banco de Pagos Internacionales, presentó recientemente el informe anual de la institución que encabeza.
Poniéndole su sello a tan solo siete meses de asumir, el informe ahora se dividirá en dos publicaciones, una (informe anual) con los resultados financieros y actividades institucionales y otro el Informe Económico Anual (IEA), conteniendo el análisis de la economía mundial.
El IEA contiene tres capítulos sobre el desarrollo de la economía mundial, se analizan los riesgos y prospectivas del mundo que enfrentan los tomadores de decisión en materia de política monetaria y regulación financiera.
El punto de partida del análisis del BIS es la vuelta a la estabilidad a 10 años de lo que se señala como la “Gran Crisis Financiera” tomando como indicadores clave el ritmo de crecimiento mundial, las tasas de inflación y el nivel de empleo.
A corto plazo el reporte considera que se vive en un escenario favorable “una de las expansiones económicas más prolongadas del período posterior a la II Guerra Mundial”, lo cual para Carstens “pondría a prueba las nociones del pleno empleo”. En la presentación del documento el exbanquero central de México señaló que la comunidad de bancos centrales debe sentirse satisfecha con el estado de la economía global” pues se evitó una “Gran depresión” tras una década de esfuerzos con política acomodaticia y no convencional.
De tal modo, la prueba a futuro será mantener una expansión sustentable. La pregunta de los banqueros es ¿Cómo es posible el nivel de crecimiento actual sin generar inflación? La evidencia empírica contradice la ortodoxia económica, para lo cual solamente se tienen hipótesis como avances tecnológicos y el efecto mismo de la globalización (argumento recurrente en los reportes anuales).
Al ser la prudencia uno de los valores fundamentales de los bancos centrales, sea cual sea su composición y mandatos, el informe señala las vulnerabilidades que el BIS considera, podrían afectar la tendencia favorable del crecimiento en el mediano plazo:
·         Los desequilibrios constantes tras la recuperación y la actual dependencia de la laxitud monetaria, que se refleja en mercados financieros con sobreprecios.
·         El constante aumento del nivel de endeudamiento soberano, rompiendo records constantemente (por encima de los 160 trillones de dólares, significando el 300% del PIB mundial).
El punto de implosión o como se conoce comúnmente “Momento Minsky” es lo que genera inquietud, ¿serán las medidas proteccionistas a nivel comercial? ¿será una descompresión repentina “snapback” de la economía con bonos soberanos históricamente bajos? ¿será una corrección en el apetito de riesgo en los mercados? Lo que no deja lugar a dudas para la comunidad de banqueros centrales es que ya sea en el mediano o en el largo plazo las amenazas podrían estallar, y ahora las el toolkit de política monetaria se encuentra más limitados que antes de la crisis. Ahora es el momento de atenuar las tendencias.
Carsterns concluye con los pasos a seguir: asegurar el progreso de la última década, segundo, continuar el camino de la regularización de la política monetaria, tercero, mantener una perspectiva de largo plazo y limitar la acumulación de desbalances de acuerdo con un marco de estabilidad macroprudencial y finalmente, redoblar los esfuerzos de las reformas estructurales para fortalecer el potencial de crecimiento y la resistencia económica.