martes, 5 de diciembre de 2017

Cuando las autoridades cooperan, ESMA-CNBV



La semana pasada la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) dio a conocer que avalaba el uso de calificaciones mexicanas para fines de regulación en Europa, en otras palabras, se considera que las calificaciones a valores otorgadas por calificadoras registradas en México, cuentan con el mismo nivel de exigencia por parte de las autoridades financieras que las europeas.

La noticia impacta positivamente en la reputación de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), pues es un reconocimiento a la regulación y supervisión que ejerce. También habla de la forma en que los mercados y su supervisión a nivel global se están reconfigurando, si las empresas financieras son trasnacionales, las autoridades nacionales son capaces de extender su alcance por medio de la cooperación con sus contrapartes.

En la crisis financiera de 2008 las calificadoras de valores sufrieron un gran daño reputacional cuando se exhibió como las calificaciones otorgadas no correspondían al nivel real de riesgo de ciertos valores y, en consecuencia, el contagio de la crisis se propagó por todo el sistema que confiaba en la correcta evaluación de dichos riesgos.

Las autoridades financieras entonces tuvieron que ponerse a trabajar en dos vías para evitar que el daño que tales empresas habían causado se repitiera, por un lado, limitando la dependencia de otras entidades financieras como los bancos, en las calificaciones de valores y  asumieran la responsabilidad de juzgar bajo sus propios criterios las posibilidades de impago; y por otro, generando estándares regulatorios a nivel internacional como códigos de conducta y  elementos para evitar conflictos de interés para las calificadoras. Como corresponde en el diseño de estándares internacionales, cada autoridad a nivel nacional se encarga de implementar dichos estándares.

Con el comunicado de ESMA se dice a los mercados, “confió en el trabajo que la CNBV está haciendo sobre las calificadoras, si un valor tiene la calificación mexicana, aceptaré para el resto de mi marco regulatorio que el riesgo que se dice que tiene es correcto”.

El aval de ESMA para las calificadoras mexicanas no es la única línea de cooperación entre Europa y la CNBV, desde el surgimiento de la autoridad europea de manera complementaria a las autoridades nacionales y la reconfiguración de la regulación regional la autoridad bursátil mexicana ha estado entre las primeras contrapartes con las que se establecen diversos Acuerdos de Entendimiento (Memorandum of Understanding) en distintas materias, desde los que se refieren a los Administradores de Fondos de Inversión Alternativos (2013) hasta aquellos sobre infraestructuras de mercado como las Contrapartes Centrales (en enero de 2016).

Que las autoridades bursátiles de ambas jurisdicciones cooperen siempre es buena noticia, mientras por un lado deja claro que no se dejarán espacios para el arbitraje regulatorio, los participantes de la industria tendrán la certeza de que sus operaciones internacionales no estarán sujetas a mayores costos operativos de tal forma que se favorece el mantenimiento de un sistema financiero abierto y eficiente y, sobre todo, sin riesgos para la estabilidad global.